El Domingo de Resurrección es la fiesta mayor de la cristiandad. Ayer se congregó un gran número de fieles para asistir a la representación de la misma. Delante de la Antigua Pescadería Municipal tuvo efecto el ritual. A las doce en punto de la mañana salió de la basílica del Sagrado Corazón el paso de Jesús Resucitado, llevado por Santa Hermandad del Santo Sepulcro. Y a la misma hora partió de la capilla de la Soledad, la imagen de la Virgen de la Alegría e iba a hombros de la Cofradía de Santa Misericordia. Y las doce menos cuarto el paso de San Pedro fue llevado a la cita por la cofradía de la Santa Vera Cruz. Avanzaban bajo los sones de la Banda de Música del Sagrado Corazón, de Oviedo.

Se agolpaba una muchedumbre para asistir al encuentro de Jesús resucitado con su Madre. He de decir que era un momento cargado de emoción. Se encontraron María y su Hijo y me pregunto ¿qué se dirían? Un puñado de manolas luciendo las mantillas blancas los escoltaban. Sonó el Himno Nacional y una vez finalizado una voz imploró: "Quita María esos lutos, y revístete de gala, que viene resplandeciente, el que por muerto llorabas". Y todos los cofrades se quitaron el capuchón. Vimos a toda esa buena gente que nos ayuda a recordar lo que es la Semana Santa. Gracias. Dios os bendiga.

Faltaba San Pedro para recibir al Señor. Se acercó y se postro de rodillas implorando su perdón tres veces. El encuentro había terminado. Pero toda la comitiva se dirigió a la iglesia de San Pedro para asistir a la misa de una. Fue una santa fiesta. El coro de San Pedro entonó la Misa Asturiana y el Aleluya. Se renovó el bautismo en todos los presentes, impartido por el párroco de San Pedro, Javier Gómez Cuesta, que usó agua de Cimadevilla. El evangelio era de San Juan, que creyó que Jesús había resucitado.

Felices Pascuas a todos. Aleluya, aleluya, aleluya.