Barras de hachís plastificadas ocultas en las cargas de tinta de rotuladores y bolígrafos. Así conseguía traficar con pequeñas cantidades de droga y en su horario laboral un joven camarero de un bar del barrio de El Llano. Aunque ya ha sido detenido por la Policía Nacional, los agentes tardaron en dar con el botín por tratarse, aseguran, del primer caso conocido en la ciudad que utiliza este tipo de "escondite" con sustancias ilícitas. Los bolígrafos estaban colocados a la vista, en un bote en mitad de la cocina, para no levantar sospecha. Al acusado se le incautaron también tres teléfonos móviles (que se sospecha que utilizaba para contactar con sus clientes) y 505 euros en efectivo y de procedencia dudosa.

Los agentes ya tenían en el punto de mira el establecimiento en el que trabajaba el detenido. Creían, por el perfil de la clientela, que era un lugar de encuentro de consumidores habituales de hachís. Estos usuarios entraban y salían "con premura" frecuentemente, por lo que el local era escenario habitual de intervenciones y detenciones policiales. Durante una de estas revisiones un varón fue interceptado con una pequeña barra alargada de hachís y reconoció que se lo había comprado por cinco euros al camarero que trabajaba en ese momento en la barra.

La Policía Nacional se tomó esta incautación como una nueva evidencia de delito y procedió a inspeccionar el local con un "minucioso examen de las estancias" que no dio resultados inmediatos. El equipo tardó en descubrir que el hachís estaba, en realidad, a plena vista: dentro de las cargas de tinta de varios bolígrafos y rotuladores metidos en un bote situado sobre la mesa de la cocina. Una vez encontrado el botín la Policía no necesitó muchas más pruebas, porque la barra que le habían incautado al cliente era exactamente igual que las halladas en el interior del local. El consumidor que delató al camarero se fue a su casa con un sanción y el presunto responsable de vender el hachís resultó detenido. Se sospecha que los tres teléfonos móviles y los 505 euros en efectivo que llevaba encima están relacionados con esta actividad.

Esconder droga dentro de bolígrafos es algo nuevo en Gijón, según los agentes, aunque sí recuerdan haber encontrado sustancias ilícitas en el interior de botes de refrescos, plantillas de zapatos y muñecos.