Ni tonos mate ni fantasía para los desfiles. La clave está en las bases de maquillaje con las que parece que una no lleva nada, efecto cara lavada. Estas eran las claves que trasladó a sus alumnas la maquilladora Aida Carballo, especialista en maquillaje para el mundo audiovisual, que ayer dirigió un desfile de moda en un popular establecimiento hostelero del puerto deportivo de Gijón.

La experta aconseja el uso de materiales "poco habituales, algo efímero pero que tampoco se caiga, que la maquilladora sea casi como una alquimista", enumeró Carballo mientras los clientes del establecimiento seguían al detalle el desarrollo del trabajo de sus alumnas, y de fondo se escuchaban los primeros acordes del grupo "Tok Ones".

Las chicas que estaban al frente de las labores de caracterización de las modelos, con motivos pop art en blanco y negro y difíciles geometrías, se esforzaron en el que era su examen final del curso de maquillaje profesional avanzado, donde la aerografía cobra un peso importante. "Queremos que aprendan a tomar contacto con el mundo de la moda, que sepan cómo trabajar con un diseñador para una futura dirección artística", indicó Carballo. La prueba de ayer consistía en completar un trabajo de peinado, uñas y maquillaje en hora y media.

"Cuando cogen práctica realizan un maquillaje en cinco minutos", confirmó la experta, muy orgullosa de la evolución de sus alumnas.