Fracaso absoluto. Nuria Suárez González se sentía frustrada desde la terraza de un conocido establecimiento hotelero de la zona del Piles por la falta de visibilidad del espectáculo. "No de ve nada porque hay una columna de nubes que no dejan ver los fuegos, es una pena porque parecen chulos", proclamaba esta gijonesa. "Pese a que parecía que salvábamos de la lluvia, el propio humo de los fuegos parece que no deja verlo", reflexionaba desde el mismo emplazamiento José Luis Gaitán, donde por momentos llegaron a escucharse silbidos entre los aplausos de otros que, desde el paseo del Muro, seguían fieles a la cita.

Igual de decepcionada ser mostraba Cristina Álvarez Cartamil: "Reservamos mesa para poder ver los fuegos tranquilamente porque en Poniente siempre hay mucha gente y desde aquí (en la zona del Piles) no se ve nada, es una pena".

En la Escalerona se dejaron sentir los primeros aplausos con los chorros blancos y rojos que iluminaron por momentos el cielo de Gijón. A pesar de tratarse de un espectáculo con mucho ritmo y colores muy llamativos sólo se apreciaba un 60% la propuesta de la pirotecnia valenciana Ricardo Caballer. Una situación que unos achacaban ala humedad, otros al poco viento, o a la presión atmosférica... todas ellas eran motivo de debate a pie de playa. "Con una noche guapa, estos fuegos tenían que ser preciosos" , valoraba una gijonesa fiel a la cita.

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Noche de fuegos en Gijón

Los tres emplazamientos principales para seguir la gran noche de la la Semana Grande de Gijón, además del paseo del Muro, los otros dos miradores privilegiados para seguir el espectáculo eran las playas de Poniente y el Arbeyal donde se concentraron grupos de jóvenes y veteranos.