Ni la plaza del Humedal pasará a llamarse plaza de España, ni en ella ondeará la bandera nacional. Eso es lo que planteó Vox en una doble proposición plenaria, lo que se votó y lo que no salió adelante. En el primer caso por el rechazo de PSOE, IU, Podemos, Ciudadanos y Foro y la abstención del PP -todos abiertos a que el nombre de España figure en un espacio público pero reacios a cambiar un nombre ya existente- y en el segundo por la superioridad de los noes de los tres partidos de la izquierda frente a los síes acumulados por los otros cuatro grupos de la Corporación. Vox rechazó asumir una enmienda del PP que planteaba que nombre y bandera pudieran estar en otro espacio.

Pero lo que tensionó el debate político no fue tanto la petición llevada a votación por Eladio de la Concha como los argumentos utilizados por el portavoz forista en la exposición de motivos de sus proposiciones en referencia a la ley de Memoria Histórica. A la que acusó de "provocar crispación entre los españoles, distinguir ciudadanos de primera y de segunda, promover la censusa y limitar la libertad de expresión". "Crear una Verdad Oficial nos lleva a un Poder Totalitario", se leía en el texto que acababa con una reivindicación "de la reconciliación de todos los españoles", "una auténtica memoria histórica"y "evitar que caigamos en viejos errores"

"Hay quien dice que Vox quiere fomentar el odio y que nos queremos apoderar de los símbolos. No, aquí ponemos sobre la mesa la posibilidad de que un Ayuntamiento de izquierdas demuestre que no tiene empacho en que una plaza lleve el nombre de España y ponga una bandera que nos representa a todos", indicó.

La respuesta más beligerante la recibió de la propia Alcaldesa. Ana González ejerció de portavoz del PSOE en un asunto del que, confesó, "me ha costado entender los argumentos. En lo único que estoy de acuerdo con usted es en que parlamentos y ayuntamientos no tienen por función reescribir la historia". González hizo referencia al "golpe de Estado de Franco y los suyos el 18 de julio de 1936 y a los 40 años de dictadura que dejaron millones de víctimas. A Vox no le gusta que se considere a Franco un dictador, quieren blanquear esa imagen". Y después de la lección de historia, el mensaje: "No es más patriota quien se pone firme ante una bandera que quien va a trabajar diez horas. En esta ciudad hay miles de banderas y no dan de comer, ni generan empleo. La política debe servir para mejorar la vida de las personas no para decorarla con banderas".

Eladio de la Concha también tuvo que hacer frente a las insinuaciones de Aurelio Martín sobre "su posición sobre el golpe de Estado del 23F" -"si cree que lo apoyo, está totalmente equivocado", fue su respuesta-, de Rubén Pérez Carcedo, de Ciudadanos, sobre "la apropiación de los símbolos de todos" y de Yolanda Huergo de Podemos animándole a no "esconderse" si lo que quiere Vox es acabar con la ley de Memoria Histórica.