Por su carácter minoritario, el diagnóstico precoz del mieloma sigue siendo un reto pendiente del sistema sanitario. Al afectar sobre todo a pacientes de edad avanzada, el dolor de huesos que tanto caracteriza a la enfermedad puede confundirse con simples "achaques" durante meses, y la baja incidencia en pacientes jóvenes hace que la patología se descarte de primeras por mera cuestión estadística. La comunidad de afectados por este tipo de cáncer, en plena campaña de difusión para dar a conocer su enfermedad, celebró ayer en Gijón una jornada temática con la ayuda de varios expertos del servicio de Hematología de Cabueñes, con los que debatieron el abordaje de enfermos con opción a trasplante y lo complejo que resulta actuar ante una recaída. "Lo que está claro es que el mieloma es el gran desconocido de los cánceres; tenemos que recordarles a los profesionales que esta enfermedad existe", aclaró Teresa Regueiro, presidenta de la comunidad de enfermos de la patología.

Un mieloma afecta a las células plasmáticas, muy presentes en la médula ósea, y ataca sobre todo a los huesos largos del cuerpo. Los vuelve porosos y, si no se trata a tiempo, el desgaste es irreparable. "A los que no saben lo que es un mieloma yo siempre les digo que es un cáncer que se come los huesos, aunque a la larga también puede afectar al riñón por hipercalcemia y te provoca anemia. El desgaste a nivel físico es brutal; hay pacientes con verdaderos agujeros en el cuerpo que se quedan inválidos", asegura la afectada.

Aunque cada vez hay más tratamientos que frenan el avance de la erosión, la enfermedad sigue siendo incurable y provoca enfrentamientos entre los propios sanitarios ante si se debe abordar o no un tipo concreto de mieloma que no presenta síntomas. "Nosotros creemos que sí y muchos expertos, como los de Cabueñes, también. El alto riesgo del mieloma asintomático tiene un 80% de posibilidades de pasar a ser un mieloma activo en un margen de dos años. Hasta ahora siempre se prefirió esperar; pero nadie quiere esperar a tener su cuerpo agujereado para que le traten", explica la presidenta. El otro gran reto es la atención psicológica, que sigue quedando un poco de lado en el sistema público y que la asociación de Regueiro no puede costear sin ayuda.

Impulsar el diagnóstico precoz, por su parte, se logrará en cuanto atención primaria derive por sistema a sus pacientes con sospecha de mieloma. "El hematólogo nos lo encuentra a la primera, la prueba es sencilla y no deja lugar a dudas, pero lo difícil es llegar hasta él. Pueden pasar meses antes de que nos deriven", asegura la experta.

La media de edad de los enfermos por mieloma múltiple en Asturias es de 72 años. Según aclaró la hematóloga Esther González, en 2018 se diagnosticaron 27 nuevos casos en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y otros 32 en el de Cabueñes. Los candidatos a trasplante se mantiene al alza: fueron 32 casos el año pasado y en lo que va de 2019 ya se han tramitado 36.