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El abuelo de los voluntarios

José Luis Martínez Navarro, premiado por su labor solidaria, veterano de Cruz Roja Gijón que mañana cumple 87 años: "Recibes más de lo que das"

José Luis Martínez, cuarto por la izquierda, rodeado de voluntarios de la Asamblea Local de Cruz Roja. LNE

Pocas acciones consiguen un efecto dominó tan positivo e inspirador como el voluntariado. En Gijón varias entidades sociales se han unido desde hace años en torno a los premios "Divo" para reconocer el compromiso diario de entidades locales o personas del municipio que, con su esfuerzo y dedicación, intentan poner su granito de arena en beneficio de los demás. Uno de los veteranos en esas acciones es José Luis Martínez Navarro. Mañana cumple 87 años y acaba de ser reconocido por su labor solidaria en el ámbito local. "Es una satisfacción personal, pero por mucho que yo haga, son ellos lo que hacen mucho más por mí", indica el senior de los colaboradores de Cruz Roja en Gijón.

La jubilación le trajo sentimientos encontrados como le ocurre a muchas otras personas en esta etapa de la vida. Por un lado, llegó el día en el que no tenía que seguir un horario, cumplir unos objetivos, madrugar, vivir con estrés? pero, por otro, surgieron pensamientos como 'ya soy mayor para seguir trabajando', o incluso rozó el error de llevar una vida sin motivaciones ni ganas de realizar ninguna actividad que no formara parte de la rutina diaria. Pero enseguida cambió el foco. "Por primera vez en mi vida me vi en casa a las nueve de la mañana, nunca lo había hecho. Al cerrar la representación de imprentas que llevaba se me vino el mundo encima; me dije: ¿qué voy a hacer? Conocía al anterior presidente de Cruz Roja, José Luis Carmona, me hablo del voluntariado y le comenté: si quieres, mañana vengo. Y hasta hoy". Aquella conversación fue hace ya siete años.

José Luis Martínez, barcelonés de nacimiento aunque afincado en Gijón desde 1951 tras un periplo previo por Granada y Madrid, acompañando a la familia cada vez que su padre, maestro chocolatero, cambiaba de trabajo, dice que no puede estar más feliz con el voluntariado. "Se han pasado conmigo", comenta tras el reconocimiento reciente, "todos me quieren y estoy haciendo algo que me satisface. Al final recibes más que das". Habla con conocimiento de causa pues hace año y medio, en la Semana Santa de 2018, sufrió una parada cardiorespiratoria en la entrada de la Asamblea Local de Cruz Roja, en Montevil, a donde acude de lunes a jueves entre las diez y media de la mañana y la una de la tarde. "Gracias a que estaba aquí me salvé, inmediatamente me atendieron y, afortunadamente, no me quedó ninguna secuela", indica.

Naciones Unidas celebra cada 5 de diciembre el Día de los Voluntarios, una oportunidad para la reflexión sobre la solidaridad. El ejemplo de José Luis Martínez no sólo le enriquece a él sino también a los jóvenes de la organización. Le entusiasman las sesiones de intercambio. "La semana que viene tenemos la cena de Navidad, no falto", cuenta con media sonrisa, "seguro que me tienen preparada alguna". Es el más veterano de los voluntarios en activo y tiene bajo su responsabilidad el control de material de escritorio disponible, labores de archivo, encuadernación... "El trabajo no me mata, es un alivio", reconoce, "estoy feliz y contento de venir por muchos años". Su ilusión, dice, "yo, que tuve un padre excepcional, que murió a los 93 años, es durar un año más que él". A buen seguro que su compromiso solidario le ayudará a satisfacer ese objetivo.

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