La juventud gitana se hace ver y alienta la participación, porque "existe la creencia de que las conductas de los gitanos van a ser siempre marginales, existe mucha intoxicación".

Por eso, ayer se reunieron en la Laboral cerca de 80 jóvenes de entre 16 y 30 años para "conocer nuestra cultura, nuestra historia, nuestros referentes positivos, nuestros logros de manera que sean una referencia positiva para todos los jóvenes", señalaba ayer Amanda Montoya, trabajadora de la Asociación Secretariado Gitano de Oviedo.

Una sesión de formación e información en la que participaron jóvenes gitanos de toda España que forman parte de una red nacional de "facilitadores", de chavales de referencia para "animar a otros jóvenes a ser participativos, a poner en valor lo que somos; hay argumentos que ya no son válidos como el de que no vamos a la escuela porque somos gitanos, hay que cambiar mentalidades", defiende Josan Plantón, de Madrid.

Cambios

La sensación de los gitanos de menor edad es la de que "está habiendo un cambio", pero no olvidan que "ser jóvenes y gitanos nos hace estar doblemente discriminados: tenemos los mismos problemas del resto de los jóvenes, pero encima somos gitanos y eso sigue siendo a veces un problema, tenemos que movernos y estar presentes en todos los espacios", señalaba el malagueño Paco Plantón antes de dar inicio a una sesión en la que se presentó la iniciativa "Lección gitana", un repaso por "la cultura silenciada, los nombres propios invisibilizados, las noticias que no se publicaron y las anécdotas que nunca se contaron".

Y de paso, se animó a los chicos a terminar con éxito la Educación Secundaria Obligatoria, que continúen estudiando después para formarse y reducir el abandono escolar temprano, porque de esa manera "cada vez tendremos más visibilidad y seguiremos escribiendo las páginas de nuestra propia historia".