Gijón lucirá simbólicos bancos arcoiris en algún espacio público, pero lo hará como una acción más dentro de su histórico compromiso con la defensa de los derechos humanos, en general, y de los derechos del colectivo LGTBI, en particular y "no porque Oviedo no lo haga y los quite". "A Gijón no le marca el paso una ciudad cuyo actual gobierno opta por colores más grises. Gijón tiene personalidad propia". A partir de esta salvedad, el concejal de Cultura, Alberto Ferrao, dio el visto bueno en el Pleno en nombre del equipo de gobierno a la petición en forma de ruego presentada por la concejala de Podemos, Alba González.

Como ejemplo de ese compromiso de Gijón con lesbianas, gays, transexuales y bisexuales e intersexuales, Ferrao enumeró desde la celebración del Orgullín del Norte, que este año celebra su décima edición, a la concesión de la medalla de plata de la ciudad a Xega o del premio que el colectivo dio en su momento a Paz Fernández Felgueroso. También se puso sobre la mesa la incorporación al presupuesto municipal de una partida específica para campañas de lucha contra la LGTBfobia.

Ferrao defendió ese grito a favor de la tolerancia, pidió el compromiso de todos los grupos políticos, pero no concretó en qué espacio público pondrá estos bancos. La propia González rechazó que su propuesta tuviera como objetivo incidir en una batalla entre municipios aunque reconoció la polémica surgida porque "todo lo que sea símbolo y ocupación de espacio público escuece".

Fue una de las últimas intervenciones plenarias de Alba González, que empezó el Pleno recibiendo la felicitación pública de la Alcaldesa y el aplauso de sus compañeros por su nombramientos como directora general de Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial en el Ministerio de Igualdad. Un festejo compartido con el portavoz del PP, Alberto López-Asenjo, al que se reconoció por haber recibido la gran cruz del Mérito Naval. Unas horas más tarde González hacía público que no asumía el cargo para que pudiera hacerlo una compañera ecuatoguineana. Se mantiene su marcha a Madrid, pero ahora como asesora en el gabinete ministerial.