Gijón ha triplicado en un año el número de toneladas de material orgánico reciclado gracias a la más que intensa campaña de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente (Emulsa) potenciando la colocación de contenedores marrones y sensibilizando a la población sobre su uso. Las estadísticas de cierre de 2019 computan un total de 2.359.620 kilos recogidos frente a los 710.180 que se registraron al cierre de 2018. Un incremento porcentual del 232,26% que se dispara sobre los crecimientos que también se dan en la recogida de vidrio (4,26%), envases (12,02%) y cartón/papel (7,34%). El porcentaje global de residuos reciclados en Gijón el año pasado alcanza el 30,34% del total. Lejos del 50% que la Unión Europea impone como cifra a alcanzar este mismo año.

El eje de esta subida está en el trabajo de Emulsa, que en unos días comenzará una nueva fase de implantación del contenedor marrón con la instalación progresiva de 526 contenedores en las calles más céntricas del casco urbano. Los trabajos empezarán en el perímetro delimitado por Puerta La Villa, avenida del Llano, Hermanos Felgueroso y avenida de la Costa. Si todo sale según lo previsto el centro tendría completada su cobertura en abril sumándose a los barrios de la ciudad donde se han ido colocando estos depósitos desde la puesta en marcha de la experiencia piloto en el Polígono de Pumarín a principios de 2016.

El objetivo es que los 240.000 gijoneses que viven en el casco urbano de Gijón puedan estar esta primavera en disposición de separar los residuos orgánicos. Una vez que finalice la instalación de los contenedores marrones en el casco urbano se procederá a la renovación de los del resto de residuos, en una segunda fase que se llevaría a cabo en el último trimestre del año. Está previsto que estos trabajos se prolonguen hasta final de año. Luego se pasaría a repetir la operación en el ámbito periurbano, en zonas como Somió o La Camocha, para terminar en la zona rural.

La llegada de los contenedores a la zona centro se ve complementada con una serie de campañas de concienciación con información directa a los vecinos a pie de calle, un punto informativo itinerante, sesiones del juego de escape "La maquinona, un viaje orgánico" en la Escuela de Comercio, charlas de informadores medioambientales y la oferta de una actividad específica para los alumnos de los centros escolares.