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"Me pegó un bofetón bien merecido", afirma, arrepentida, la menor que denunció a su madre

La Fiscalía mantiene la petición de diez meses de cárcel contra la mujer, que podría ser expulsada de España en caso de condena junto a su hija

Juzgados de Gijón. JUAN PLAZA

"La insulté llamándola hija de p. y zorra, siempre la he tratado muy mal y ese día me pegó un bofetón, pero fue bien merecido". Con estas palabras, entre sollozos, mostraba su arrepentimiento la adolescente gijonesa que denunció a su madre después de una discusión doméstica y por la que el ministerio fiscal solicita una pena de diez meses de cárcel para la progenitora, que de ser condenada podría implicar su expulsión del territorio nacional. Y con ella, sus dos hijas. La acusada explicó ayer, con ayuda de una intérprete de ruso, que con su acción solo trataba de corregir la actitud agresiva de su hija, que no atendía a normas.

La convivencia entre las protagonistas de esta historia que pone en entredicho la autoridad parental llevaba tiempo siendo mala. Los insultos y gritos de la menor hacia su madre eran constantes. Todo se precipitó en noviembre de 2018, cuando la madre entró supuestamente a la habitación de su hija y vio que tenía sobre la cama un montón de pastillas. "Temí que se fuese a suicidar, porque estaba depresiva, e intenté quitarle los medicamentos y fue entonces cuando me echó de la habitación y me empezó a insultar; le pegué un bofetón para corregir ese comportamiento", declaró la acusada.

Tras este episodio, la menor se fue de casa corriendo y le contó lo ocurrido a una amiga, también de 16 años, que alertó a la Policía. Fue entonces cuando derivaron a la joven hasta el hospital para una exploración sanitaria. El parte médico incluía dolores a la palpación costal, en la muñeca y en ambos pómulos. La fiscal sostiene que todas esas lesiones fueron hechas por la madre, pero tanto ella como su hija aseguran que todo fue fruto de una pelea días antes con unos chicos que le robaron el móvil.

La menor, cuando se escapó de casa, mantenía el silencio y apenas hablaba ante los agentes. Lo más que llegó a decir fue que su madre le había dado un tortazo en la cara. Al incorporar el parte de lesiones a la denuncia fue cuando la acusación de cárcel por malos tratos en el ámbito familiar recayó sobre la madre. No obstante, la menor dejó claro ayer que los moratones en el costado provenían de la pelea con otros jóvenes que le habían quitado el móvil. "Me tiraron al suelo y me pegaron patadas en el costado", argumentó. Sobre los dolores en la muñeca desveló que ante las agresiones se defendió pegando un puñetazo a los agresores. La menor acabó llorando tras el interrogatorio, detrás de un biombo, por la situación actual. "He cambiado mi comportamiento", prometió ella.

"Me asusté mucho"

En la vista oral, celebrada ayer en el Juzgado de lo Penal número 3 de Gijón, también declararon los dos agentes que asistieron a la joven y la amiga que la instó a denunciar. "La vi mal y me asusté porque no se podía levantar del suelo y llamé a la ambulancia", explicó la menor, también detrás de un biombo. "Me dijo que su madre le había pegado, pero fue una semana después cuando me comentó que le habían roto el móvil y le habían pegado unos chicos", apuntó. Sobre esa versión también se pronunció otra testigo apoyando así la tesis de la defensa, que solicitó su libre absolución. El caso espera sentencia.

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