"Por favor, si alguna chica tiene algún problema con su pareja que vea que se le puede complicar, que se lo diga a su familia, que para eso está". Así pidió ayer Francisco José Dacuña, hermano de la gijonesa de 41 años hallada muerta en su domicilio este lunes, que casos como este no vuelvan a suceder. Tal y como lleva explicando estos últimos días, el gijonés sigue convencido que la expareja de su hermana, un hombre que responde a las iniciales J. M. S. M. y que fue localizado y detenido ayer, es el responsable de su muerte. "Solo espero que, si de verdad fue él, pague por ello", expresó a las puertas del tanatorio de Cabueñes minutos después de finalizar la celebración de la palabra en honor de la fallecida, que fue después enterrada en el cementerio de Deva.

La despedida de Dacuña llenó casi toda la bancada de la capilla, copada en buena parte por empleadas de la empresa de limpieza Brillastur, donde la fallecida trabajaba desde el año 2007. Fueron ellas las que alertaron de que algo iba mal cuando su compañera no se personó a trabajar en la mañana del mismo lunes y las que organizaron anteayer un minuto de silencio en honor de su amiga.

Con el hermano citado en primera fila agachando cada poco la cabeza y disimulando las lágrimas -siempre con el apoyo de su mujer-, el párroco encargado de oficiar la ceremonia, Celso García, se dio pronto cuenta de que el ambiente en su capilla estaba más enrarecido de lo habitual y aclaró que la cita, como en cualquier otro funeral, no sería capaz nunca de quitar el dolor de los familiares y allegados. "Sé que con estas cosas no puedo solucionar que hayáis perdido a un ser querido, pero sí podemos acompañaros en vuestro dolor", explicó.

El sacerdote lamentó que a Dacuña se le hubiese "sesgado la vida en plena juventud" y, como el funeral fue a mediodía y el varón aún no había sido detenido, expresó su deseo de que los agentes localizasen pronto al sospechoso: "Debemos pedir, como hermanos, que se haga justicia y que ésta sea contundente con quien haya sido el responsable. No podemos estar así". Como ya vienen incidiendo estos días el entorno de la víctima, García también tildó de "injusto" que alguien le haya arrebatado la vida a una mujer que "todos definían como buena". "Es lo que yo, como todos, estamos leyendo estos días: que Lorena era una persona buena y una gran compañera. Por eso, su muerte es especialmente trágica y muy difícil de aceptar para todos", razonó.

A falta de confirmarse oficialmente que Dacuña es la octava víctima de violencia machista del año -y la primera de Asturias-, su hermano explicó ayer que la lacra de la violencia de género no debe ignorarse más. "El problema no es solo mi hermana, sino las otras siete víctimas que hemos tenido en lo que va de año. Este tema se nos está yendo de las manos", criticó.

Su proclama a favor de que otras posibles mujeres afectadas por este tipo de maltrato denuncien reside en que él jamás se imaginó que la fallecida tenía problemas tan graves. "Eso está siendo lo más terrible, el no haberlo visto venir. Todos estamos con sensación de impotencia, de que a lo mejor podríamos haber hecho algo más. Hoy (por ayer) estamos muy dolidos porque ahora ya sabes que no hay vuelta atrás y que ha pasado algo terrible", comentó.

La familia de la víctima confía tener pronto más respuestas. "Se nos ha arrebatado a una bella persona que no se merecía para nada, con toda la vida que tenía por delante, el haber encontrado la muerte de esta manera".