La principal hipótesis del crimen de Lorena Dacuña se confirmó a última hora del miércoles poco después de la detención de su expareja, José Manuel Sánchez Merino, que en sede policial reconoció ser el autor de las veinte puñaladas -una alcanzó la parte inferior del corazón y otra el hígado- que le costaron la vida a la limpiadora gijonesa. En presencia de una abogada de oficio y varios agentes, este camarero gijonés con fama de "celoso y violento" confesó, alegando que había estado "bebiendo y consumiendo cocaína" al salir de trabajar en una sidrería de La Calzada cuando, de pronto, un tercero le contó en un bar que había visto a su exnovia con otro hombre. Fue en ese momento cuando decidió ir por ella. La siguió varios minutos hasta que los dos estuvieron solos en el piso de ella, en la calle Callao. Ahí la mató con un cuchillo de cocina que el hombre ha reconocido que dejó ensangrentado en la vivienday esconderse en la habitación que tenía alquilada desde hacía un mes en la calle San Luis, frente al parque de Zarracina.

La confesión de este crimen machista vino a avalar la investigación policial, que desde el primer momento se centró en José Manuel Sánchez Merinoaunque sin descartar otras vías. De hecho, las pesquisas siguen abiertas. Los agentes sabían por la reconstrucción de las últimas horas de Lorena Dacuña que la fallecida había salido de fiesta con una amiga y que habían conocido a dos chicos. Luego ellas se separaron, cada una con uno. No está claro, aún, lo que ocurrió después.

"Os estaba esperando"

Por su parte, José Manuel Sánchez Merino confesó tras ser detenido que aguardó la llegada de Lorena Dacuña al piso de La Calzada. "Os estaba esperando", les dijo a ella y al hombre que la acompañaba aquella madrugada, siempre según su declaración ante la Policía. Su relato prosigue con que el chico que iba con la víctima huyó del lugar al ver el cuchillo, y que luego él la mató, ya en la vivienda. No obstante, son muchas las dudas que generan esta parte de su testimonio, aunque sí es cierto que se realizan labores desde el lunes para conocer la versión de dos hombres que conocieron a Dacuña y a una amiga esa noche.

Lo cierto es que, tal y como avala la autopsia, Dacuña fue asesinada en su casa y nada más entrar por la puerta. Ni siquiera llegó a dejar el bolso bandolera que llevaba colgado. La mujer trató de defenderse del violento ataque -tenía heridas defensivas, como una uña rota- pero la brutalidad con la que actuó su expareja lo hizo imposible. El informe del Instituto de Medicina Legal confirma las veinte puñaladas y descarta la agresión sexual. Pese a que dos de los cortes afectaron ligeramente a corazón e hígado, Dacuña tardó varios minutos en morir desangrada sobre la cama. El cuchillo estaba lleno de sangre en la cocina del piso (dato que falta por verificar en un laboratorio). Por ahora se desconoce cómo el presunto homicida pudo entrar a la casa de su víctima.

Las evidencias en el domicilio, cuando la familia la encontró muerta el lunes, permitieron a los investigadores centrar sus pesquisas en José Manuel Sánchez Merino aunque tenían el temor de que hubiese huido. Este mismo lunes, varios agentes de paisano acudieron al parque de Zarracina a buscarle y enseñar su foto a los hosteleros. También montaron guardias por la zona. Una vez lograron la confirmación de que pernoctaba en el número 21 de la calle San Luis -les llegaron llamadas alertando de que le habían visto por la zona- le esperaron para arrestarle en el domicilio mientras los demás investigadores completaban el resto de diligencias.

A disposición judicial

Una vez detenido, la Policía se llevó a José Manuel Sánchez Merino tranquilo y esposado. Poco después volvieron al piso a realizar el registro de la vivienda, de donde se llevaron en varias cajas prendas y artículos del hombre, que sigue en dependencias policiales y podría pasar hoy viernes a disposición judicial. La familia de la víctima confía en que se decrete su ingreso a prisión, el mismo sitio al Lorena Dacuña fue a verle en los inicios de su relación. A partir de ahora, explican desde el TSJA, será el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Gijón quien prosiga las diligencias judiciales del caso.