Cuánto daño han hecho frases como "el secreto de la eterna juventud", que hacen pensar que de verdad eso es posible y existe. Sobra dar ninguna explicación al respecto, es evidente que no. Sin embargo, esa ansia por lograrlo, el gran interés que hay en nuestra sociedad, hace que nos agarremos a un clavo ardiendo. Hoy os cuento qué funciona y la importancia de diseñar los tratamientos faciales a medida.

¿Se puede cambiar una piel? Así es. Son muchos los testimonios de clientes a lo largo de estos años que lo afirman, aunque es algo que personalmente nunca digo. Prefiero hacer referencia a "mejorar las características de piel que cada uno tiene", porque eso sí es posible siempre. Y que luego sean las personas que se ponen en mis manos quienes cuenten sus cambios. Eso me hace muy feliz, y es el motor de mi trabajo.

Novedades que merecen la pena

Normalmente, siempre lo último en salir es lo que hoy día está en el candelero, y así nos lo hacen creer a los profesionales también, porque no hay que olvidar que la belleza es un gran negocio. Pero estar de moda no significa que se garanticen resultados.

Personalmente, por mi modo de entender la belleza, invierto mucho tiempo y recursos en buscar, probar, contrastar, y hay que andar con mil ojos. Si fallo yo, fallo a mis clientes, es una gran responsabilidad. No me guío por modas, me guío por resultados y seguridad, y por trabajar siempre sobre la salud de la piel. Lo que sí os adelanto es que, a partir de mediados de marzo, contaré con novedades de las que sí merecen la pena.

Esta vez he apostado por ofrecer a mis clientes una tecnología capaz de lograr una respuesta tisular más precisa y selectiva, porque trato muchas pieles con necesidades especiales, así que contar con este refuerzo era preciso. Y confío, una vez más, en el mundo de la diatermina y la radiofrecuencia, aunque esta vez con una modulación de la señal eléctrica que permite intensificar los efectos de la corriente en tratamientos localizados. Magnífica solución también para combinar con todos los tratamientos de medicina y cirugía estética. También traeré más novedades manuales de alta especialización, aunque estas se harán esperar un poquito más.

Expectativas en las mejoras en el rostro

El objetivo de la mayoría de las personas es tener la piel de un bebé, ni siquiera la de los 20 años, porque eso pasa por tener algún que otro grano. Es así, aunque suene exagerado, porque queremos una piel tersa, sin arrugas, flacidez, sin poros visibles, sin manchas, sin rojeces y luminosa. Esas son las expectativas a las que me enfrento día a día. Y, seamos honestos, eso es imposible. Afortunadamente se consigue mucho, muchísimo, cada vez más, pero debemos ser realistas y tener en cuenta también que, cada día que pasa, somos un día más viejos.

Tanto la prevención como los cuidados mantenidos a lo largo del tiempo juegan un papel fundamental. Una piel no cambia de un día para otro ni se estira en un mes. Una gran contradicción que escucho cada vez con más frecuencia es: "Quiero que se note mucho, pero que no se me note nada". Pensemos en rostros famosos que aparecen un día, y de repente, no sabe uno ni quién es; eso es "notarse mucho", fuera arrugas, fuera flacidez. Pero no cumple el "que no se me note nada".

Envejecer de una manera natural

Siempre lucharé por envejecer bien, y ojalá borremos de nuestras mentes el rejuvenecer a toda costa. Porque sí, se puede rejuvenecer, ¡claro!, pero uno seguirá envejeciendo después. Por eso, vale más cuidarse siempre, aunque sea poco, que hacer mucho de repente.

En definitiva, el éxito de los tratamientos faciales es que sean personalizados, diferentes para cada uno de nosotros, y eso lo hago escuchando cada piel para darle exactamente lo que pide, sin prisa, poco a poco, día a día y paso a paso. Un trabajo artesanal, apoyado en tecnología e investigación, pero con cabeza.

Particularmente, disfruto muchísimo cada día diseñando sesiones únicas y exclusivas para mis clientes y viendo los resultados obtenidos.

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