El luarqués asentado en Gijón Ángel Iglesias empezó a estudiar solfeo con 8 años y a tocar la trompeta con 10, pero le reventó un tímpano buceando a los 13 y tuvo que pasarse al trombón, porque tiene la boquilla más ancha y hace falta menos esfuerzo para que suene. Hace algo más de una década sufrió un grave ictus que le obligó a aprender de nuevo a caminar, hablar y escribir, pero ahora, ya recuperado, este gijonés de adopción se ha convertido en la estrella de El Humedal. "Salí un día a animar el ambiente en el aplauso de las ocho y por petición popular ahora toco todos los días", afirma el artista.

Iglesias se vino a Gijón a los 18 años para estudiar Oficialía y Maestría Industrial en la Laboral, y ya por entonces entró en contacto con grupos corales con los que ha mantenido el contacto hasta día de hoy. "Fue por casualidad, pero me enganchó", relata. A sus, como él dice, "78 añinos", es uno de los coordinadores de la Federación coral de la región e integrante de la Coral Polifónica "San José" y del Coro Voces Graves de Gijón. De la primera fue presidente 26 años. En la Federación, que aglutina 117 grupos, lleva más de 20 como "número dos". "Nadie presenta candidatura nunca, así que yo busco al presidente y vamos tirando", bromea, aunque critica: "En realidad es algo muy serio, porque cada vez hay menos perres y en esto de los coros hay que estar pendiente para que se reparta lo poco que hay de forma equitativa, que si no el político de turno se lo da a su favorito y el resto se queda a dos velas".

Aunque lo de salir a tocar desde su ventana empezó "un poco como broma", ahora Iglesias empieza a estar un poco presionado porque al principio suponía que el estado de alarma podría haber terminado ya a estas alturas. "Yo intento cambiar el repertorio, pero ya adelanté que a este paso voy a tener que repetir alguna", advierte. No tiene partituras y toca de oído. "Los que sean músicos entenderán lo que quiero decir con esto. Es complicadísimo. Me tengo que buscar la vida para dar con las melodías", aclara. Para ayer tenía preparados temas como "Paquito el chocolatero" y "Los últimos de Filipinas".

Lo que sí es costumbre es que la última pieza sea el "Resistiré" del "Dúo Dinámico". "Ahí es cuando la gente se vuelve loca cantando", asegura el intérprete, que calcula tener una audiencia diaria de unos 3.000 vecinos.