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Los comerciantes de moda piden suprimir las rebajas para evitar cierres masivos

Los empresarios, con las nuevas prendas pagadas y en el escaparate, dan por perdida la campaña de primavera y temen no salvar ni el verano

Una mujer pasa por delante de una tienda de ropa de la calle Jovellanos con la nueva colección de primavera y verano en el escaparate. JUAN PLAZA

Las dificultades derivadas de la crisis sanitaria del coronavirus para el comercio de proximidad, por la obligación de tener las tiendas cerradas, son más acuciantes en el sector dedicado a la venta de ropa y calzado, prendas de temporada que están ya en los escaparates o en los almacenes de estas tiendas, con obligaciones de pago pendientes o ya giradas y con la perspectiva de no poder dar salida a esas prendas. Temen que muchos de ellos, al menos "la mitad", se vean obligados al cierre y es por ello que solicitan suprimir las rebajas de este año para paliar las pérdidas.

La situación está provocando problemas de liquidez en algunos comercios gijoneses, aliviados al menos temporalmente por las facilidades que les están dando algunas de las principales marcas para aplazarles el cobro de las facturas. Otras no tienen ese detalle y algunas incluso cobraron por adelantado.

Con bodas previstas para esta primavera y que se posponen hasta el invierno, efemérides desaprovechadas como el día del padre o los viajes del Imserso cancelados y la pérdida de las ventas para Semana Santa que “son las navidades del verano”, los comercios de moda dan por perdida la campaña de primavera y temen por la de verano, entre otras cosas por la pérdida de poder adquisitivo de sus clientes ante la proliferación de regulaciones de empleo.

Cristina Noste, que regenta la tienda Bres, ve la situación aún más negra y confiesa que no sabe si va a verse obligada a cerrar la tienda. “Va a resistir muy poca gente. Además de haber recibido la ropa de primavera y verano, tengo ya comprada toda la de la temporada e invierno y cada mes solo abrir la tienda me cuesta 3.000 euros. Si esto va para largo, creo que van a cerrar la mitad de las tiendas de Gijón”.

Inmaculada Cifuentes, de la tienda de caballero De Cuevas lamenta que ya ha visto pasar de largo el día del padre, efeméride que “salva la campaña de primavera-verano” para las tiendas de caballero, junto a los viajes del Imserso, para los que los jubilados compran prendas más ligeras de las que necesitan para el clima de Gijón. “Acabo de librar la colección de invierno por los pelos, pero con la de primavera no voy a poder”, dice. Va a luchar hasta el ultimo momento, pero apunta que “ni quiero pensar en las perspectivas porque me vuelvo chiflada”.

"No podemos devolver la mercancía"

Al frente de Stress, tienda de moda para la mujer, está María José Linde. Explica que “la mercancía acaba de llegar a las tiendas de moda y calzado. Yo la tengo en los almacenes y si esto se alarga meses, no sé que voy a hacer. No podemos devolverla al fabricante y todas las prendas de manga, las de primavera, era ahora el momento para la venta”, esperando que cuanto antes se supere esta crisis con el menor coste de vidas y daño económico.

Ana Longo, de Anabel, explica que buena parte de sus ventas de esta temporada visten a invitadas de bodas y vestidos de comuniones, eventos que se están retrasando a otras fechas, con lo que “tenemos un problema serio” porque además el año que viene no pueden ofrecer a las clientas una prenda del anterior.

María José Calzada, de la tienda de moda infantil Pequeñajos, opina que “la temporada está ya perdida, porque la mitad de la facturación se hace en la segunda quincena marzo y en la primera de abril. La mercancía de verano está toda en la tienda y la ropa infantil es lo que primero se sirve, porque los niños crecen y les dura un año”. Sólo espera que los comerciantes puedan salir del paso y que el cliente vuelva a sus tiendas cuando se supere la crisis sanitaria, pero sospecha que “no va a haber dinero ni ánimo para comprar”.

No faltan las peticiones de ayuda en este contexto. Mari Luz Reina, de Try aboga porque el Gobierno suprima este año las rebajas de verano en toda España y porque las fábricas de moda no produzcan ropa de primavera el año que viene, para evitar un quebranto mayor a los comerciantes. “El pequeño comercio trabajamos con márgenes muy pequeños y si nos metemos directamente en rebajas, yo voy a tener que cerrar. Los meses fuertes de ventas son desde marzo hasta mayo y en junio se para todo, porque el cliente espera a las rebajas”. Además, no fabricar para la temporada del próximo año, permitiría a las tiendas dar salida a un producto que este año tendrán dificultades para vender y al que viene podría quedar desfasado.

Las decisiones económicas adoptadas por el Gobierno ante esta crisis han dado un cierto alivio al pequeño comercio, en cuanto a la situación laboral con una prestación extraordinaria por cese de actividad y la fiscal con el fraccionamiento de impuestos. Aún así persisten muchas incógnitas sobre el futuro de los comercios debido a las cargas que tienen que soportar durante el cierre, derivadas de los contratos privados como los del suministro eléctrico, los que tengan con las entidades financieras, los pagos a proveedores y el del alquiler del local.

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