Poder seguir un espectáculo en un coche por grupo, separados y sin entrar en contacto directo con otras personas. Ese es el modelo que, desde hace décadas, está implantado en el autocine de Gijón, situado en la carretera entre El Infanzón y La Providencia. Un formato que ahora el Ayuntamiento estudia implantar en los eventos estivales de mayor calado, evitando así las grandes aglomeraciones de personas que puedan propagar el COVID-19.
Sin embargo, a día de hoy, nadie se puso aún en contacto con Elena Nava, gerente del autocine de Gijón. Tampoco para indicarle cuándo podrán volver a la actividad normal, pues siguen cerrados al público, como el resto de cines o teatros del país. "Deberíamos ser los primeros en poder abrir", explicita Nava, que remarca que la del autocine es "una opción protegida y segura". La dueña de la instalación pide "poder abrir antes que otros modelos de ocio, porque aquí estás aislado, sin contacto", pero siempre con "un protocolo de actuación adecuado y con restricción de aforos".
Un modelo que podría replicarse en otros puntos de la ciudad, siempre que se cuente con "un recinto amplio para que entren los coches, donde se pueda montar un escenario, y alejado del vecindario", explica.
