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Graduación virtual y por sorpresa en el Montedeva

Los profesores del colegio organizan una despedida telemática a los alumnos de segundo de Bachillerato: "No lo olvidaremos"

El grupo de Bachillerato del colegio Montedeva, en su último viaje de estudios, el año pasado, en Londres. En el círculo, su graduación digital.

Tras 15 años compartiendo aula, la promoción del segundo curso de Bachillerato del colegio. Finalizaron, como todos los alumnos de España, de forma telemática, desde sus casas, y aunque no se quejaron en alto, lamentaban en silencio su mala suerte. Ese día tenían previsto celebrar su graduación y ni siquiera podrían verse en persona. Lo que no sabían era que Rosana Llanos, su profesora de Lengua, estaba preparándoles una "encerrona". Les convocó por la tarde a una clase telemática poniendo como excusa una "reunión informal" para hacer balance del curso. "Cuando nos conectamos empezaron a aparecer profesores de todos los cursos con su discurso preparado. Era una graduación sorpresa, acabamos todos con una llorera tremenda. Al haberse hecho así, la graduación no se nos va a olvidar jamás", afirma Aruca Jiménez, una de las alumnas que se despiden este año del centro.

Según Elisa Ortea, otra alumna de Bachillerato, su grupo ya se había resignado a la idea de no tener graduación. "No habíamos pensando en nada porque tampoco había muchas opciones. Si el curso hubiese ido normal, el viernes habríamos acabado las clases y celebrado la graduación, y luego seguiríamos yendo al colegio, pero para a preparar la EBAU y ya de forma menos intensa. Muchos llevamos 15 años vinculados a este centro; que ese día haya sido especial significa mucho para nosotros", recalca.

Llanos sí les había dado alguna pista, porque les había pedido que se pusieran "guapos" -aunque según Jiménez muchos llevaban el pantalón del pijama oculto bajo la mesa del escritorio-, que preparasen una copa y que se pusiesen una mascarilla "Así nos hicimos la foto de grupo, para que dentro de unos años recordemos lo especial que fue nuestro último día de clase", aplaude Ortea.

Miguel Marcos, director del centro, garantiza una segunda graduación presencial de cara al próximo mes de julio o al inicio del curso que viene e incide en la especial vinculación del alumnado con el centro. "La peculiaridad de los concertados es que muchos llegan al centro con tres años y no se van hasta los 18. Los de Bachillerato siguen hablando con sus profesores de Infantil", razona. Los 38 estudiantes, centrados ya ahora en la prueba de acceso a la universidad, también han tenido que quedarse sin su viaje de fin de curso, que iba a ser a Roma. "Todo ha cuadrado mal, pero al menos hemos tenido una despedida distinta e inolvidable", concluye Ortea.

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