El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía acaba de comunicar la valoración económica por los tres “gouaches” y nueve “bocetos” de Aurelio Suárez (19102003) que el hijo del pintor gijonés, Gonzalo Suárez Pomeda, donó a la segunda gran pinacoteca madrileña el 6 de mayo de 2019: 66.500 euros. La obra del artista, fallecido hace diecisiete años en su ciudad natal, no ha dejado de revalorizarse desde su muerte y de ensanchar su importancia en el canon de la pintura española del siglo XX. Ni siquiera la brutal crisis financiera que estalló en 2008, con secuelas en el mercado del arte por la notable caída de los precios, ha rebajado la cotización de uno los indudables maestros de la vanguardia plástica y el surrealismo españoles.

La donación verificada hace un año por el heredero de Aurelio Suárez siguió a la adquisición por parte del Reina Sofía de dos de las mejores obras del pintor asturianos. El museo nacional compró en 2016 por 18.000 euros el “gouache” “Cárcel”, incluido poco antes en la exposición “Campo cerrado”. Esta extraordinaria muestra, acogida al título de la primera entrega de “El laberinto mágico”, la serie novelística de Max Aub, proponía un bien traído rescate de algunos de los artistas fundamentales de la posguerra española. El museo madrileño adquirió además el año pasado el óleo de 1945 “Lucubración pictórica”. Por tanto, conserva en su colección un total de catorce piezas del creador del “aurelianismo”.

El Museo de Bellas Artes de Asturias sigue conservando, no obstante, el mayor fondo (excepción hecha, claro está, del legado que conserva Gonzalo Suárez Pomeda) de obras del pintor gijonés: ocho óleos, ocho “gouaches “y trece “bocetos”. Una representación de las tres líneas de trabajo (óleo, “gouache”, “boceto”) que el artista siguió metódicamente para desplegar el “aurelianismo”. Una palabra con la que se define una pintura de iconografía singular y de factura onírica que enlaza con corrientes de la vanguardia que van del irracionalismo al surrealismo o el simbolismo metafísico. A esas veintinueve obras hay que añadir otra donación hecha por Gonzalo Suárez Pomeda: útiles de pintar, colecciones, muebles y otros objetos personales del pintor.

Mientras crece la valoración y el aprecio de la obra de Aurelio Suárez en museos de la entidad del Reina Sofía, no se sabe muy bien qué ocurre en la tierra natal del pintor. Los aficionados y estudiosos siguen aún aguardando por la exposición antológica en el Bellas Artes de Asturias a que se comprometió la Consejería de Cultura tras la citada donación de los materiales personales del artista. “¿Es ya asunto olvidado?”, se preguntan muchos. Y hay quien piensa que los responsables del citado departamento autonómico deberían apresurarse a restañar la relación con la familia del pintor. Y hacerlo antes de que sea demasiado tarde y el legado de uno de los grandes pintores españoles del siglo XX acabe en cualquier otro lugar. Resulta llamativo también que, en los últimos quince años, no se haya organizado en Gijón una sola exposición del artista.