Los vecinos del barrio gijonés de El Natahoyo aún siguen sobresaltados por el brutal accidente ocurrido poco después de las diez de la noche del pasado sábado, cuando una furgoneta marca Renault se empotró entre las dependencias de una inmobiliaria ubicada en el cruce de la calle Mariano Pola y la travesía del Mar y un semáforo y una farola. El impacto fue tan grande que ha obligado a derribar parte de la fachada de la oficina. "Se incrustó contra un pilar y nos hemos visto obligados a tirar casi toda la pared. El perjuicio es grande porque justo acabamos de salir del confinamiento. Trataremos de seguir atendiendo a nuestros clientes bien desde casa, bien desde otra oficina. Pudo ser mucho peor", indicó ayer Ismael Bajo, dueño de la firma.

El conductor de la furgoneta, de 49 años, trató de hacer un adelantamiento por la calle Mariano Pola en dirección al centro de la ciudad a un turismo en el que iban tres ocupantes y que, justo en ese momento, giró hacia la travesía del Mar. Eso provocó un impacto que empujó la furgoneta hasta la acera, quedando incrustada entre la fachada de un edificio y un semáforo y una farola. Su ocupante tuvo que ser excarcelado por un equipo de los Bomberos de Gijón, que apenas tardaron un cuarto de hora en llegar hasta el lugar del siniestro. Después, fue inmediatamente trasladado al Hospital de Jove, donde se le han realizado las pruebas de alcoholemia, pendientes de resultado, según apuntan fuentes del Ayuntamiento. Los ocupantes del otro vehículo resultaron ilesos. En la intervención también actuaron una UVI móvil y agentes de la Policía Local.

Como resultado del impacto, la inmobiliaria situada en ese edificio ha sufrido severos daños materiales, además de la pared. "Por suerte, a esa hora y un sábado, no había nadie en el interior", relata su propietario. Ismael Bajo afirma que ha tenido que contratar servicio de seguridad las 24 horas del día para evitar robos en el interior del negocio. Aunque confía en poder levantar un muro a lo largo de la jornada de hoy o, como mucho, mañana.

"No podremos recibir clientes durante un tiempo. Después de haber estado parados por culpa del coronavirus, habíamos regresado a la actividad el 1 de junio. Esto supone otra contratiempo importante", relata. "Trataremos de adaptarnos de alguna manera para no sufrir un parón, aunque aún no tenemos claro que es lo que vamos a hacer", añade el dueño de la inmobiliaria, muy conocida en los barrios de la zona oeste de Gijón. "Mucha gente nos visita en la oficina, así que está claro que es un contratiempo muy importante", remata, aún afectado, como muchos vecinos de la zona, que escucharon el impacto y vieron después sus consecuencias.