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"Gijón tiene una de las mejores colecciones de esculturas públicas de toda España"

"Tendríamos que empezar a pensar seriamente en cómo vamos a restaurar el 'Elogio', tiene algún defecto notable"

Para el historiador Héctor Blanco, comisario junto a Luis Miguel Piñera de la exposición sobre el "Elogio del Horizonte" que se inaugura hoy en el cerro de Santa Catalina, las críticas que hace 30 años se vertieron contra la escultura se debieron, principalmente, a que el estilo contemporáneo y abstracto del proyecto no era "fácil de entender" en unos años 90 marcados por la crisis económica. Blanco, de hecho, aún cree que si se presentase ahora una pieza nueva de estilo similar, muchos sectores volverían a poner el grito en el cielo. Considera que la colección escultórica pública de la ciudad es "de las mejores de España" y aboga por poner ya en marcha proyectos de restauración y conservación de todas las piezas municipales.

- ¿Qué parte de la historia del "Elogio" ha quedado olvidada?

-Para mí lo más llamativo ha sido investigar la ejecución de la propia escultura. El "Elogio" es una construcción, no una pieza escultórica al uso que se hace en un taller y luego se coloca en la ubicación deseada. Esta se tuvo que construir como un edificio, con su cimentación, su estructura y su encofrado. Todo ese proceso está recogido en los paneles de la exposición y a mí es de lo que más me ha gustado. Tuvimos surte, porque había una colección de imágenes de Jesús Uriarte, un fotógrafo que convivió mucho tiempo con Chillida recopilando sus procesos de ejecución.

- ¿Cómo fue el reparto de tareas?

-Nos repartimos el trabajo a medias Luismi Piñera y yo. A mí al final me tocó recopilar el contexto histórico del "Elogio" y la recuperación del Cerro, con el diseño de su parque, así como la ejecución de la pieza, que es lo que resumía antes. También hice una reseña complementaria de la colección de esculturas que se fueron instalando durante aquellos años, una etapa que terminó en 2011 y no se ha vuelto a tocar. Fue una apuesta arriesgada, pero a día de hoy nos hace tener una de las mejores colecciones públicas de escultura de España.

- Y, pese a ello, al principio no se acogió con demasiada alegría.

-Qué va, aunque las críticas no fueron exclusivas al "Elogio". Ya había pasado décadas atrás con "La madre del emigrante" y con otras piezas. Tiene que ver con algo común: el arte contemporáneo exige un esfuerzo y, si te acercas a él sin investigar un poco el estilo o el autor, puede que la pieza no te transmita mucho. El rechazo en 1989 vino de ahí, porque en los 80 se habían tumbado las principales áreas económicas y justo se empezó a hablar de construir una cosa de hormigón por cien millones de pesetas. Estoy convenido de que si el "Elogio" nunca se hubiese hecho y se propusiese hoy en día, mucha gente diría que "no". Estas obras van aceptando con el tiempo.

- ¿Qué deberíamos haber logrado dentro de otros treinta años como ciudad?

-Tendríamos que empezar a pensar seriamente en cómo vamos a restaurar esa pieza, porque ya empieza a mostrar defectos notables, y en general poner en valía toda la colección escultórica de esta ciudad. Muchas se han convertido en una parte imprescindible de Gijón, la gente interactúa con ellas y las valora a su manera.

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