La terminal de minerales de El Musel, Ebhisa, prevé cerrar el ejercicio 2020 con unas pérdidas de 3,5 millones de euros tras aplicar medidas de contención del gasto y un ERTE de hasta el 52% de la jornada laboral para toda la plantilla.

La parada indefinida de uno de los dos hornos altos de ArcelorMittal en la factoría siderúrgica de Gijón, sumado al cierre de las centrales térmicas, hace que la terminal granelera tenga este año una previsión de descargas de 7,46 millones de toneladas, el mínimo histórico. Sin tomar ninguna medida, la empresa habría perdido al finalizar el año 7 millones de euros. Esa cifra quedará previsiblemente reducida a la mitad tras las medidas adoptadas por la empresa, que además del ERTE incluyen la reducción de contratos de suministros y con compañías auxiliares, la reducción de inversiones previstas para el ejercicio, el aplazamiento de pagos y la negociación para la obtención de nueva financiación que permita a la empresa capear el temporal.

Aún así, las pérdidas estimadas para este año ascienden a 3,5 millones de euros. La documentación entregada por la empresa a los sindicatos durante el periodo de consultas para la negociación del ERTE contaba con que la siderurgia recupere el pulso el próximo año, con lo que Ebhisa volvería a superar los nueve millones de toneladas de descargas. El ERTE presentado por la empresa, que comenzó el pasado 4 de mayo, es de 20 meses de duración.

El comité de empresa rechazó el ERTE y la plantilla está realizando movilizaciones por otra decisión de la empresa pública, como es la de no solicitar la tasa de reposición para intentar que el Ministerio de Hacienda autorizase la conversión en indefinidos de 7 trabajadores ahora en plantilla mediante contrato relevo. La previsible pérdida del trabajo por estas personas motivó la convocatoria de una huelga durante varios días por el comité de empresa, marchas de protesta de la plantilla y el encierro en las instalaciones de la empresa de dos de los afectados y otros dos trabajadores indefinidos para mantener una huelga de hambre.

Dos de los encerrados ya han tenido que abandonar la protesta por su estado de salud, siendo evacuados en ambulancia a centros sanitarios. El último traslado se produjo hacia las tres de la tarde de ayer, cuando después de 29 días de inanición, Adrián Rey Menéndez, fue evacuado hasta el Hospital de Jove. Horas antes, el trabajador se había dado un golpe en la cabeza contra un mueble tras sufrir un desvanecimiento, según explicó el portavoz de los encerrados.

El pasado domingo ya había sido trasladado a un centro sanitario por su estado de debilidad Eduardo López. Permanecen en el encierro Adrián Serrano Tomé y Fernando González Rodríguez.

La dirección de Ebhisa y el comité de empresa mantuvieron en la tarde de ayer en el Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (Sasec) una nueva reunión para intentar desbloquear el conflicto. Los sindicatos promovieron y luego desconvocaron una huelga en la empresa reclamando varios asuntos de seguridad laboral y subida salarial, pero el que consideran determinante para poner fin a la conflictividad es encontrar alguna fórmula que permitiera mantener sus empleos a los siete relevistas.