Paseos marítimos restringidos a los coches, prioridad general para la movilidad peatonal y ciclista, más peatonalizaciones , ciclocarriles formando itinerarios de tránsito por toda la ciudad, velocidad máxima de 30 kilómetros... Gijón no es una excepción en el panorama del municipalismo español, más bien al contrario, en el desarrollo de este tipo de medidas de movilidad. Medidas que ahora llevan el adjetivo de tácticas por vincularse a las necesidades de generar espacios de distancia social por la crisis del coronavirus pero que en muchos casos -algo que no se cansan de repetir la alcaldesa, Ana González (PSOE), y el edil de Movilidad, Aurelio Martín (IU)- han venido para quedarse.
Y medidas rodeadas de polémica y oposición, tanto dentro como fuera de la Casa Consistorial. Lo primero se evidenciará en el Pleno de hoy a partir de una iniciativa de Vox que propone dar marcha atrás en todos los cambios para volver a una vieja normalidad: piden abrir al tráfico la avenida del Molinón, eliminar los ciclocarriles de avenida de La Costa, Manuel Llaneza y Pablo Iglesias y reabrir al tráfico rodado el Muro y la calle Claudio Alvargonzález en Cimadevilla. Lo segundo se deja sentir en iniciativas como las protestas en la calle de los vecinos del Barrio Alto o el impulso, por ahora en redes sociales y negocios donde se recogen firmas, a una plataforma denominada "Stopmuro", cuyo objetivo es la reapertura al trafico de ambos carriles de circulación de la avenida de Rufo Rendueles.
Un vistazo a los últimos ajustes en movilidad en ciudades costeras como Gijón deja claro que casi todos van en la misma línea. Sea cual sea el color político del equipo de gobierno. Cádiz, La Coruña, Santander, Donostia, Alicante y Valencia son algunos ejemplos. Sus decisiones de movilidad siguen las estela de las tomadas en Gijón. La Coruña, con un gobierno del PSOE, acaba de anunciar la peatonalización de más de 45.200 metros cuadrados de los que 35.000 corresponden al paseo marítimo y ya anunció la intención de acometer una reforma integral de ese paseo con cargo a fondos europeos. Todo como opciones provisionales que luego pasaron a plantearse como indefinidas.
La restricción del tráfico a ciertas horas en el paseo marítimo por la pandemia fue también una de las medidas acometidas en Cádiz por un gobierno de Podemos y en San Sebastián con un alcalde del PNV. En la ciudad vasca, el Ayuntamiento también habilitó uno de los dos carriles del paseo marítimo para el uso ciclista e implantó el sistema de ciclocarriles que se ha desarrollado en Gijón.
Santander y Alicante son dos ciudades con gobiernos de PP y Ciudadanos donde también se han generado propuestas de movilidad que recuerdan a las ejecutadas, o en previsión de ejecución, en Gijón. En Alicante, por ejemplo, se cerraron al tráfico 16 calles que suman 10.205 metros cuadrados. En esta ciudad también se puede encontrar otro vínculo con Gijón. En 2017 el Ayuntamiento convocó un concurso internacional de ideas para diseñar un corredor litoral como paseo marítimo peatonal más largo de Europa. No es tan amplio el territorio de la propuesta local pero Gijón abrirá en breve un concurso internacional de ideas para repensar el paseo que va de Cimadevilla a El Natahoyo.
Desde la Alcaldía de la capital de Cantabria se ha anunciado ya que Santander será una ciudad 30 y que no se escatimarán esfuerzos para potenciar el uso de la bicicleta. Además, se ha puesto en marcha "Santander se mueve a pie", un mapa con información sobre distancias y tiempos muy similar al "metrominuto" anunciado en Gijón. La Coruña ya tiene en marcha esa limitación general de la velocidad a 30 kilómetros y ha ampliado con 500 bicicletas el servicio BiciCoruña. Dos acciones que están en el ideario de Gijón.
De peatonalizaciones, ampliación de aceras e implementación de carriles bus y carriles bici también se habla en Valencia, con un gobierno de Compromís.
