Horst Winter, el presidente de la asociación de vecinos "La Raposa" de Baldornón durante el último año, falleció ayer tras varios días ingresado en el hospital. Winter, de 75 años, llevaba afincado en la parroquia gijonesa desde el año 2006, si bien llevaba vinculado con Gijón desde principios de los años 70 por su trabajo en una multinacional. "Deja el recuerdo de un hombre que se comprometió con muchas causas medioambientales y le quiso dar mucha vida al pueblo en cuanto a peleas ante la Administración para darle más voz a la gente", lamentaban ayer sus vecinos.
Aunque siempre decía que era de Düsseldorf, en realidad nació en Weimar el 6 de febrero de 1945. Fue la suya una vida que en sus primeros pasos le llevó a experimentar la posguerra. Nadador y jugador de waterpolo en su juventud, y retirado de su profesión, que le llevó por media España y Europa, alternó Gijón y Alemania. A finales de 1969 la multinacional dedicada a la venta de bienes para la siderurgia en la que trabajaba le destinó a Gijón para contratar bienes de equipo en talleres españoles en toda España, que luego irían a parar a la nueva planta siderúrgica Uninsa. "Vine para estar uno o dos años, pero me fueron ampliando el contrato y al final estuve una década viviendo en Gijón", narraba. En esa época conoció a María José Suárez, la que después sería su esposa, esquiando en Pajares. Con ella tuvo dos hijas.
En 2003 se afincó definitivamente en Gijón y tres años después lo hizo definitivamente en Baldornón, cuya asociación de vecinos presidía desde 2019. "Es un paraíso y hay que protegerlo", aseguraba hace unos meses a este periódico. Antes, estuvo varios años de encarnizada batalla legal en contra de la línea de alta tensión proyectada en la zona por Red Eléctrica de España. Winter prosiguió hasta el último momento su actividad, pendiente del tráfico de camiones procedente de la mina de La Viesca, para el que estudiaba un frente parroquial común para explorar medidas conjuntas.