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Las parroquias ven en la despoblación de la zona rural un acicate para el "fenómeno okupa"

"Hay muchas viviendas deshabitadas", advierte González-Posada, líder de "Les Caseríes" l Las pocas denuncias dificultan los desalojos

La entrada, llena de basura, de la nave ocupada en Serín. JUAN PLAZA

Los últimos casos de ocupación en la periferia y en las parroquias rurales del municipio -hay casos detectados en Veriña, Portuarios, Poago y Serín, tal y como desveló LA NUEVA ESPAÑA- ponen de manifiesto un temor cada vez más extendido entre los vecinos de la zona. Es el miedo a que la despoblación contribuya a engrosar las listas de denuncias de viviendas allanadas. Así lo reconoce el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la zona rural "Les Caseríes", Manuel González-Posada, que advierte que la despoblación puede ser un factor determinante a la hora de que afloren más casos. "Cada vez hay más casas deshabitadas", razona el líder vecinal.

El caso más reciente del que los vecinos han tenido noticia es de una nave próxima a la parada de tren de Serín. Esta edificación se encuentra en muy mal estado y con abundante basura en sus exteriores. Actualmente, según los vecinos, hacen vida en ese lugar dos personas, una de ellas especialmente incívica. En esa misma parroquia, otra vivienda en mal estado situada en el barrio de La Vega es el lugar de residencia de una pareja, que, al menos que se sepa, no ha causado problemas. Una situación similar a la que sucede en Veriña, donde tampoco se han registrado incidentes.

En el caso de la nave, según relatan los vecinos de Serín, está abandonada. Y la segunda, aunque con dueño, lleva tiempo deshabitada. La Guardia Civil tiene conocimiento de ambos casos. Si bien, salvo vigilar que no se cometa ningún delito, las autoridades poco pueden hacer si no consta una denuncia tramitada por los dueños de la propiedad. "Si las leyes a nivel estatal no cambian, poco se puede hacer", apunta el presidente de la Federación Rural.

De hecho, hasta la fecha, fuentes de la Guardia Civil apuntan que en las parroquias gijonesas solo constan dos denuncias de este tipo este año. La primera se interpuso el 27 de abril por el dueño de un cobertizo situado en Tremañes, que la Benemérita confirma que ya ha sido desalojado, y una segunda vivienda situada en la parroquia de Cabueñes que aún se encuentra ocupada de manera ilegal. La dueña puso la denuncia el 1 de mayo sin que por ahora haya podido recuperar su propiedad.

Este nuevo "problema" se suma, según González-Posada, a otros inconvenientes que ya arrastra la zona rural. "Si los dueños no denuncian, esto va a pasar siempre. Pero tenemos este problema, el de los jabalíes, el de las avispas asiáticas, el de la limpieza de los caminos. Se ve que no funciona bien la cosa porque tenemos los mismos problemas de siempre", zanja el líder de las parroquias de la zona rural. Pero no solo en esos lugares, ya que en la zona urbana hay dos casos en pleno centro de Gijón, en la plaza del Presi, en el barrio del Carmen, y en la calle Langreo.

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