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Cruz Roja se prepara para acoger a 200 pacientes más al año derivados de Cabueñes

El hospital concertado, con espacios liberados tras construir su centro anexo de consultas externas, estrenará una planta de paliativos en verano

Entrada del Hospital de Cruz Roja de Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

Tras su reciente ampliación con un edificio anexo para las consultas externas, el Hospital de Cruz Roja liberará espacios para asumir, de forma inminente, más pacientes derivados desde Cabueñes, el centro de referencia en el área sanitaria de Gijón que afronta ahora un otoño e invierno de complicada gestión al suprimir las criticadas camas supletorias. El gerente del complejo de la calle Uría, Leopoldo Álvarez, ya ha hecho las primeras cuentas, y calcula que, de los algo más de 1.400 pacientes derivados de la red pública que hasta ahora atendía anualmente, las instalaciones de Cruz Roja podrán desde ahora asumir a unos 1.600, una cifra que aumentará considerablemente cuando la futura unidad de paliativos, que albergará la primera planta del edificio, permita dejar libre una nueva de hospitalización.

Álvarez, no obstante, intuye que la Consejería de Salud volverá a pedir en semanas la reapertura de plantas para pacientes de coronavirus, un servicio que también podría empezar en pocos días al poder servirse de los protocolos de la primera ola pandémica. La ampliación en un local anexo al hospital para realizar fuera del edificio principal todas las consultas externas -una reforma adelantada por este diario-, provoca ahora varios cambios en cadena. La consultas, antes, se realizaban en la primera planta, que será remodelada como una unidad de cuidados paliativos. Las obras se han tenido que paralizar por la crisis del coronavirus, pero el plan de Álvarez, si esta segunda ola "no se complica", es que estén listas el próximo verano. Para entonces, el traslado a esta primera planta de los pacientes de paliativos permitirá liberar buena parte de la cuarta planta, que compagina actualmente tanto paliativos como hospitalización, por lo que el centro podría aumentar por decenas el número de derivaciones desde el hospital de referencia.

Ya ahora, sin embargo, la capacidad de Cruz Roja permitiría aumentar en alrededor de 200 el número de derivaciones de la pública, siguiendo la misma idea que baraja Manuel Bayona, gerente de Cabueñes. Él acordó suprimir el uso de supletorias en su hospital (permitían instalar a un tercer paciente en habitaciones de dos personas, dejando al último sin mesita ni armario y con muy poca separación), un recurso muy utilizado en épocas de gripe.

El acuerdo entre ambos hospitales, que acaban de crear un grupo de trabajo para aclarar los criterios de derivación de enfermos -Cruz Roja es especialmente adecuado para atender a pacientes geriátricos en proceso de recuperación y para cirugías, pero no para atención a críticos-, dependerá también de la evolución de la pandemia. En caso de que Cabueñes se active como hospital covid, lo más probable es que Cruz Roja también lo haga -atendió a 133 enfermos por coronavirus en la primera ola-, reduciendo la capacidad de ingreso de ambos centros y obligándoles a volver a restringir cirugías e intervenciones no urgentes.

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