La parroquia de Veriña es sinónimo de industria pesada en Gijón. La Asociación de Vecinos "San Martín" lucha cada día contra el tópico para dinamizar una zona aletargada durante años. Por eso, la junta directiva encabezada por Néstor Alves ha programado 85 actividades, desde fiestas a cursos y charlas, entre julio y finales de año. Un menú casi sin parangón y abierto no solo a los 158 socios de la asociación sino a cualquier vecino, empresa o asociación interesada en inscribirse. "Veriña no es vivir a la puerta de una fábrica", apuntan los responsables del colectivo.

Además de Alves, la junta directiva la forman Cristina Valle, vicepresidenta; José Manuel Valdés, tesorero; Juan Antonio Torrontegui, vocal y encargado del área de tecnología; Lidia Campa, vocal y responsable de las redes sociales; Ana María García, vocal y encargada del área de juventud y José Luis García, secretario. Tomaron los mandos el 15 de diciembre del año pasado para evitar la desaparición de una asociación fundada en 1983 y para aprovechar el impulso de contar con una nueva sede en la calle Editor Silverio Cañada, una de las más modernas del movimiento vecinal gijonés. "Era una oportunidad que no podíamos dejar escapar", comentan sobre el recinto.

Una de las potencialidades de la asociación "San Martín" es la apabullante variedad de cursos, que se cuentan por decenas. Los hay con nombres sugerentes, como "Manejo Rodenticida", cuyo fin es instruir a los alumnos en técnicas de desratificación. Los hay para estimular la creatividad, para aprender a manejar trámites telemáticos y hasta un proyecto para impulsar una radio y una tele hiperlocales. También hay de cocina y de protocolo en la mesa. Todos ellos están pensados para impartirse presencialmente, pero también por internet por si hubiera un nuevo confinamiento.

La promoción de la parroquia es otro de los objetivos de la asociación vecinal. Su objetivo es luchar contra el tópico industrial de Veriña y atraer turismo a sus calles. "Veriña es zona urbana y zona rural. Tenemos campo y mucho verde", apuntan los responsables de la entidad, quien conjugan su vida laboral con su labor al frente de la asociación. Un trabajo que están sacando con nota y que les convierte a la parroquia de Veriña en un paraíso en el movimiento vecinal.