Perdió la vida practicando su gran pasión: el ciclismo. Aníbal Díaz Fernández, de 43 años, natural de El Entrego, residente en Gijón y trabajador del servicio de Urgencias del Hospital Valle del Nalón de Langreo, falleció ayer en el HUCA, un día después de haber recibido un fuerte golpe en la cabeza al perder el control de su bicicleta cuando realizada un trayecto por una senda sin asfaltar de Deva. El camino, plagado de obstáculos, comunica el merendero de La Curuxa con el camping de la parroquia. La caída le ocasionó un traumatismo craneoencefálico del que no se recuperó. “Es una fatalidad”, apuntó Adrián Díaz Fernández, uno de los dos hermanos del fallecido.

El accidente se produjo sobre las 18.30 horas del viernes. Díaz Fernández había salido de ruta con su bicicleta por la parroquia de Deva. Iba solo cuando decidió tomar la senda, en el barrio de La Olla. Un trayecto que es muy conocido por los aficionados al ciclismo de montaña. Está repleto de obstáculos y saltos, por lo que no es apto para inexpertos. El enfermero perdió el control de su bici y sufrió un tremendo golpe en la cabeza que, a pesar de llevar casco, terminaría por costarle la vida.

Díaz Fernández fue localizado por cinco ciclistas que se encontraban cerca. Ellos fueron los que avisaron a las autoridades. Al lugar del accidente acudió la Guardia Civil, con dotaciones motorizadas, y una UVI móvil. Los sanitarios, en vista de las heridas que sufría su colega, decidieron evacuarlo directamente al HUCA. Esos traumatismos ya hacían presagiar el fatal desenlace ayer por la mañana. Los médicos nada pudieron hacer por su vida y confirmaron su muerte ya entrada la tarde. “Conocía muy bien el lugar. Fue un accidente”, apuntó el hermano de la víctima.

Aníbal Díaz Fernández.

Díaz Fernández era natural de El Entrego. De esa localidad son también sus padres, su hermano y su hermana. Desde hacía tiempo vivía en Gijón, en el barrio de El Coto. Tenía novia desde hace nueve años. Ella es natural de la parroquia sierense de Santa Marta de Carbayín. Estudió Enfermería en la Universidad de Oviedo y logró una plaza en el servicio de Urgencias del Hospital del Valle del Nalón, donde ejercía desde hacía varios años. Era sportinguista y un apasionado del deporte, sobre todo, de la bicicleta. También le gustaba viajar. Una de sus últimas escapadas fue a Burgos, con su pareja. “Ha sido un palo tremendo. Era muy bueno, nunca se metía con nadie”, añadió su hermano.

La muerte de Díaz Fernández ha caído como un jarro de agua fría en el Hospital Valle del Nalón, donde era muy apreciado por sus compañeros. “Era un gran profesional. El que mejor pinchaba de todo el centro médico”, comentaba ayer un celador del complejo de Langreo. Sus compañeros incidieron en que era muy aficionado al deporte. “Le encantaba, hacía muy poco se había comprado una bicicleta profesional. Veíamos juntos el Tour de Francia y La Vuelta a España”, añadió este profesional. Otra celadora de ese hospital describió al finado como “alguien muy querido y amable”.

El enfermero era muy conocido en los círculos del ciclismo de montaña gijonés. Era habitual verle coger la bicicleta en sus ratos libres para realizar todo tipo de trayectos. Los que le conocieron señalan su pasión por el deporte. “Estaba en forma. Este año habría realizado cerca de 10.000 kilómetros en bici”, asegura uno de sus compañeros habituales en sus salidas ciclistas. “Hoy –por ayer– había quedado con otro compañero, pero el viernes decidió ir él solo”, apuntó.

Además de la bicicleta, Aníbal Díaz Fernández era un apasionado de las motos. Tenía una en propiedad y siempre que disponía de un rato libre disfrutaba de ella. “Era su otra pasión, siempre que podía viajaba con ella”, apuntilló su hermano. También era aficionado al fútbol desde niño. “Es algo que no te esperas. Toda la familia y amigos estamos muy afectados”, añadió Adrián Díaz Fernández. Debido a la situación sanitaria no está previsto que la familia del enfermero celebre ningún tipo de acto. “Fue un gran apoyo para todos nosotros toda su vida”, zanja el familiar del ciclista que falleció en el HUCA tras haber sufrido un fatal accidente de bici en una senda de la parroquia de Deva.