Lo humano y la máquina, la neurociencia y el arte, la inteligencia artificial y la robótica se interrelacionan desde ayer de forma singular (y de momento, virtual) en Laboral Centro de Arte en la exposición “Cuando las mariposas del alma baten sus alas”.

El nombre poético de la muestra es un homenaje a Santiago Ramón y Cajal, quien se refería así a las neuronas, y precisamente “las células más delicadas” son las protagonistas de varias instalaciones y obras artísticas que desde ayer están expuestas en Gijón y que por ahora se pueden visitar en su versión virtual a través de http://virtual.laboralcentrodearte.net/. La apertura física se realizará cuando se levanten las restricciones sanitarias, como avanzó ayer la comisaria de la exposición, Karin Ohlenschläger.

Arriba, la instalación de Daniel Canogar. Abajo, Lisa Park con su obra.

Inspirada en las observaciones de Ramón y Cajal, esta exposición une “arte, ciencia y tecnología para acercar a un amplio público a relatos, imaginarios e interrogantes, relacionados con los conocimientos actuales del cerebro y de la mente”, como se puso ayer de manifiesto en su presentación, también virtual.

En ella se pueden visitar diecisiete propuestas de catorce artistas y colectivos de ámbito nacional e internacional que trabajan con vídeos, fotografías, instalaciones interactivas y acciones participativas que se acercan al cerebro para hacerlo más comprensible, y para interactuar con ciertos procesos a través de sonidos y experiencias inmersivas. También se tienen en cuenta los algoritmos de la inteligencia artificial, la percepción, la inteligencia, el aprendizaje o la memoria, y por ello muchas de las instalaciones son fruto de la colaboración entre artistas, ingenieros y científicos de diferentes ámbitos. En ellas, los artistas usan tecnologías, datos y aplicaciones informáticas y neurotecnológicas para visibilizar procesos vinculados a la emoción, al pensamiento o a la comunicación a través de herramientas robóticas y algoritmos de inteligencia artificial. Muchas veces para cuestionar su impacto en la forma en que las personas se relacionan hoy en día.

Un vistazo a lo invisible

El visitante se topa así con el visitante atraviesa una red neuronal en forma de 80 kilos de cables reciclados, y puede experimentar el carácter eléctrico de la comunicación entre neuronas o el potencial creativo de la actividad neuronal. Otros artistas utilizan las señales de su propio cerebro, producidos por sus estados anímicos y mentales, para visualizar esos patrones en la superficie del agua, para manipular los movimientos de una escultura robótica o para generar un paisaje visual y sonoro. Y otros entrenan distintos tipos de inteligencias artificiales para visibilizar procesos de aprendizaje y comunicación, para investigar la memoria y las capacidades predictivas de la Inteligencia Artificial o de los algoritmos matemáticos, y algunas obras también ponen en evidencia alteraciones y patologías de las actividades mentales que pueden afectar la percepción o la memoria, la hiperactividad o las derivadas de la propia relación entre seres humanos y máquinas.

Los artistas que componen la muestra son Guy Ben-Ary, Clara Boj & Diego Díaz, Daniel Canogar, María Castellanos & Alberto Valverde, Ursula Damm, Marco Donnarumma, Justine Emard, Emanuel Gollob, Mario Klingemann, Lancel/Maat, Laramascoto, Lisa Park, Miguel Ángel Rego y Birk Schmithüsen. Toda una invitación a volver la vista a lo que precisamente no se ve.