El judo asturiano amaneció ayer de luto por el fallecimiento por coronavirus a los 49 años de José Alfonso Martínez Elduayen, campeón regional en los noventa y uno de los más destacados judokas de finales del pasado siglo y principios de este por su físico. Nacido en Madrid, aunque afincado en Gijón desde su infancia, era economista y dirigía un despacho en la calle de los Moros. Contrajo la enfermedad hace semanas y estuvo ingresado más de cuarenta días en el Hospital de Cabueñes. “Fue un judoka de los pies a la cabeza”, aseguran sus allegados.

Elduayen nació en la capital de España. Su padre era mexicano. Pasó parte de su infancia en Burgos hasta que llegó a Gijón en su preadolescencia. Su afición por el judo le venía de joven. Comenzó a competir en el colegio de La Inmaculada y fue alumno del maestro Jesús Verano. La mayor parte de su trayectoria deportiva la pasó en la Universidad de Oviedo, donde logró sus mayores logros. Entre sus triunfos se cuenta un campeonato de Asturias en la década de los noventa. Destacó por su imponente físico y su fuerza que demostró en las categorías de menos de 78, 86 y 90 kilos. Aunque no fue muy prolífico en cuanto a títulos, logró imponerse en el tatami a algunos de los judokas más destacados de su tiempo. “Era algo irregular, tan pronto podía ganar a un campeón de España como perder el siguiente combate. Era muy fuerte”, aseguró el exjudoka Fernando Piñero, abogado y amigo personal de Elduayen.

El deportista trabó amistad con una buena ristra de judokas del Principado. Uno de ellos fue Carlos Fernández, director técnico del Judo Club Avilés, una de las entidades más importantes de Asturias en judo. “Compitió durante muchos años. Tenía una gran capacidad física. Fue un judoka de los pies a la cabeza”, aseguró el avilesino.

El fallecimiento de Elduayen causó gran conmoción en la Federación asturiana y española. Lo cuenta Víctor Valle, presidente de la regional en 1993 a 1995 y entre 2012 y 2016 y ahora miembro del Comité Director de la nacional. “Fue un gran competidor y una gran persona. Jamás daba un combate por perdido”. Se da la triste circunstancia de que hace tres días el judo asturiano tuvo que lamentar la pérdida, también por covid-19, de Juan Ignacio Cecchini Estrada, primer medallista asturiano en un Campeonato de España.

Fuera de los tatamis, Elduayen estaba casado y sin hijos. Cursó empresariales y luego se especializó en economía. Tenía un despacho en Gijón en la céntrica calle de los Moros. Fue también un destacado árbitro de judo y un habilidoso jugador de golf en categorías de aficionados. Además, siempre que podía echaba una mano en el negocio hostelero que unos amigos suyos poseen en la calle Andalucía, en el barrio de Pumarín, donde se llora la pérdida de una referencia del judo regional.