La empresaria gijonesa Carmen Fernández González, que desde más de tres décadas regentaba un centro de estética integral en la céntrica calle La Muralla (con entrada también desde Capua), ha fallecido a los 80 años tras toda una vida como referente del sector. “Era una persona admirable. La elegancia que llevaba por fuera también lo llevaba dentro, una mujer que vivía por y para sus hijos y nietos. Era luz, iluminaba allí donde estaba”, recordó una de sus hijas, Maite Álvarez, en conversación con este periódico. 

Salmantina de nacimiento, pero era más que una gijonesa de adopción. Abrió en compañía de su hermana el Salón Almina en 1966. Se formó en Madrid, Francia y Alemania hasta convertirse en un referente de la estética, disciplina en la que comenzó en solitario en 1989 cuando abrió el centro que lleva su nombre y que ahora llevan sus hijas. En una entrevista en este diario se definió a sí misma como “trabajadora, luchadora, disciplinada, perfeccionista y exigente conmigo misma y mis colaboradoras”. 

Para ella, un centro de estética era “un lugar en el que se pretende hacer un diagnóstico personalizado, detectando las alteraciones estéticas y analizando cuáles pueden ser las causas biológicas, para luego dar el tratamiento adecuado”. Una larga lista de gijoneses y gijonesas pueden atestiguar los buenos resultados obtenidos. 

El funeral por su eterno descanso tendrá lugar este viernes, a las 12.00 horas, en la iglesia parroquial de San Lorenzo. Sus restos mortales reposan ya en el tanatorio de Gijón-Cabueñes.