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El sello de Rodolfo Pico vuelve a emocionar

“Tenía ganas de ver otra vez su obra expuesta para que no se olvide”, dice su hermana en la inauguración de “Gatobardo” en la galería Cornión

Los familiares de Rodolfo Pico José Ramón Zapico y Trinidad Pico. | Marcos León

“Estoy muy contenta, feliz y emocionada. Tenía gana de que otra vez se expusiese la obra de mi hermano para que no se olvide. Es un día muy emocionante para nosotros”. A Trinidad Pico se le iluminan los ojos cuando mira a su alrededor y vuelve a sentir de nuevo todo el trabajo que su hermano, el fallecido artista Rodolfo Pico, labró durante décadas. Cuando se van a cumplir cuatro años de su muerte, la galería Cornión de Gijón inauguró ayer una exposición de homenaje al artista valdesano –aunque afincado desde juventud en Gijón– bajo el título “El Gatobardo”, con casi medio centenar de obras, que sirven para homenajear su trayectoria.

Una de las obras de Pico, titulada “Capitoleando”. | Marcos León

Una de las obras de Pico, titulada “Capitoleando”. | Marcos León

Esta selección lleva obligatoriamente a sus raíces familiares. “Me transmite todo aquello que nos contaba mi padre de Cuba cuando éramos pequeños, porque había estado viviendo durante 35 años en La Habana. Hay muchos recuerdos a ese país y a los emigrantes”, señala su hermana. “Es muy difícil quedarme con algo, hasta con la selección de collages noto su sello inconfundible”, añade. Esa cercanía con Cuba se manifiesta a través de algunos de sus trabajos, como “Capitoleando”, “Guaracha” o “Casa del tabaco”.

El universo colorista de Rodolfo Pico, con una visión cálida, se dibuja a través de un tobogán de perros, gatos, globos, árboles, escaleras, paraguas o arquitecturas impecablemente construidas. Se puede contemplar en una de sus obras tradicionales, “El Cromonauta”, que evoca al cuento tradicional de “El Principito”, o también con la vistosidad que ofrece con sus pirámides “Saint-Exupéry en África”.

Una de las obras de Pico, titulada “El cromonauta”. | Marcos León

Una de las obras de Pico, titulada “El cromonauta”. | Marcos León

“En sus obras no hay nada de tristeza, conjuga muy bien los colores. Consigue transmitir alegría hasta de una imagen que relata una despedida, con un barco o un tren zarpando, que te lleva a pensar inevitablemente en el emigrante”, cuenta José Ramón Zapico, su hermano político. Este homenaje en la galería Cornión se une a una publicación, que verá próximamente la luz sobre su trayectoria, En ella se incluye un amplio estudio de Rubén Suárez, quien fuera crítico de arte de LA NUEVA ESPAÑA y que falleció en junio del pasado año. “Lo que quisiera es que su pintura no se olvide”, relata la hermana de Rodolfo Pico, que evoca a su energía y pasión por sus trabajos: “Era un soñador, un niño grande. Tenía mucha imaginación también escribió, y era una Artista con mayúsculas”.

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