La pequeña Marina García aún no sabe muy bien qué es una Inspección Técnica de Vehículos. Solo entiende que las siglas ITV pueden impedirle en un futuro cercano salir en bici por Granda, donde vive con sus padres y su hermana. La niña de tres años era ayer una de las decenas de vecinos que participaron en la segunda gran movilización de la parroquia contra la ubicación elegida para la segunda instalación de este tipo en el concejo, la que abrirá en verano en una nave que fue propiedad de la Cooperativa de Agricultores frente al matadero municipal. “No se entiende que sea aquí”, clamaron los residentes.

La lucha de los vecinos contra la decisión del Principado ha entrado en unos días decisivos. Itvasa solicitó la semana pasada la licencia de obras al Ayuntamiento para convertir la nave de la antigua empresa cárnica Famila, después de la Cooperativa, en una estación de ITV con seis líneas para vehículos ligeros y otra más para quads y ciclomotores. Los residentes recelan de este anuncio y temen que sea un primer paso para llevar a Granda también vehículos pesados. “Primero, los ligeros. Y, en unos años, vendrán camiones”, teme Pilar Granjo, portavoz de la plataforma contra la ITV de Granda.

La petición de la licencia está en manos del Ayuntamiento. En palabras del concejal de Urbanismo, José Luis Fernández, la concesión se valorará “con la ley en la mano”. El edil recordó que el lugar está considerado como suelo industrial. No hay fecha exacta para saber cuándo se dará o no luz verde a las obras de Itvasa. Todo hace prever que será antes del 11 de marzo. Para ese día, la firma participada en su totalidad por el Principado, tiene previsto abrir los sobres con las ofertas de las empresas que aspiran a ejecutar los trabajos, que durarán 70 días.

El compromiso municipal es informar primero en la comisión de Urbanismo de la concesión o no de la licencia. A ese organismo llevará mañana Ciudadanos un ruego para que el Ayuntamiento elabore un informe sobre los problemas de movilidad que la infraestructura puede generar en los viales de Granda. El concejal Rubén Pérez Carcedo cita el Real Decreto 920/2017 que dicta que las estaciones de inspección técnica de vehículos deben instalarse en lugares de fácil acceso y que no originen problemas de tránsito. “El gobierno local dice que es sensible con el tráfico y la polución de la zona rural. Debería serlo también en la parroquia”, reclama.

En primer término, Pilar Granjo, portavoz de la plataforma contra la ITV de Granda, durante la protesta de ayer. | Ángel González

Una vez completada la reforma, Itvasa deberá solicitar la licencia de apertura. Un mero trámite si efectivamente logra primero la de obras. Eso sí, antes de obtener ese segundo permiso, el proyecto tendrá un período de información pública. Cumpliendo todos los trámites, Itvasa llegaría a su objetivo de abrir la estación en verano.

El proyecto cuenta con una fuere oposición vecinal. La de ayer, fue la segunda gran concentración que los residentes organizan para exigir una nueva ubicación para la segunda ITV en el concejo, junto a la de Tremañes. “Hemos solicitado reuniones con la alcaldesa, Ana González, y el edil de zona rural, José Ramón Tuero. Habiendo sitio en Roces, no tiene sentido hacerla aquí. Es una decisión maquiavélica”, remata Pilar Granjo.

Ana Morán y Rosa Fernández también estuvieron en la manifestación. Iban, como muchos otros, disfrazadas de coche de cartón para visibilizar los problemas de tráfico que consideran sufrirá Granda. “Casi no hay aceras en la parroquia y con la ITV y el tráfico que vendrá no podremos salir de casa”, teme Morán. “Nunca vine a una manifestación, esta es la primera. Aquí viene mucha gente a caminar. ¿Ahora donde lo vamos a hacer”, relata Fernández que suscribe el grito de guerra de la parroquia. Ese que dice “Granda es rural, no industrial”.