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La dimisión del edil de Cultura fuerza una reorganización del gobierno local

El socialista Alberto Ferrao se despide por “motivos personales” y abre la puerta a la incorporación de Manuel Ángel Vallina

La dimisión del edil de Cultura fuerza una reorganización del gobierno localMarcos León

El gobierno local de Ana González tiene su primera despedida a tres meses de llegar al ecuador del mandato. Alberto Ferrao, edil socialista y responsable de la concejalía de Educación y Cultura, hacía ayer por la tarde pública la renuncia a su acta “por motivos personales”. Una decisión que poco antes había compartido con sus compañeros del grupo municipal tras adelantársela hace unos días a la Alcaldesa. Su renuncia se hará efectiva en el Pleno del miércoles de la semana que viene.

Será entonces cuando empiece a correr el plazo para que el PSOE cubra esa vacante. La candidatura con la que Ana González se presentó a las urnas en 2019 y con la que consiguió once puestos en la Corporación incluye en el número 12 a Manuel Ángel Vallina Rodríguez (Oviedo, 1978), con formación en prevención de riesgos laborales y que trabaja en una cristalera. Si rechaza coger su acta, la siguiente en la lista es María Caunedo (Gijón, 1981), técnico superior en Información y Comercialización Turística.

A priori, quien se incorpore asumirá las competencias en Educación y Cultura aunque la alcaldesa, Ana González, no cerraba ayer la puerta a una reorganización del equipo de gobierno ajustando algunas competencias. De hecho, Ferrao asumió en febrero coordinar las políticas de memoria histórica, llingua y cultura asturiana. “Es una decisión personal del concejal que hay que respetar. Quiero mandarle todo el afecto mío personal y de todo el grupo municipal. Le agradezco su trabajo y lamento que su situación le haya llevado a esta renuncia”, explicó la Alcaldesa que negó la existencia de problemas dentro de la Corporación. “Hay que creer en lo que dice Alberto. Si no diríamos que no tenemos confianza en él y es todo lo contrario”, sentenció la Regidora.

Ferrao, funcionario de carrera en el cuerpo de maestros desde 1997 y maestro de aulas hospitalarias antes de incorporarse al Ayuntamiento, fue el número dos de la candidatura de Ana González. Un puesto de peso que no tuvo reflejo en los primeros repartos de responsabilidad decididos por la Alcaldesa cuando dejó la coordinación de áreas en manos de Natalia González y José Luis Fernández y dio la portavocía del grupo socialista y del gobierno de coalición con IU a Marina Pineda.

Sus competencias se centraron en las áreas de Educación y Cultura –donde ya tenía un bagaje como responsable interno en la Agrupación Socialista– con las presidencias de la Fundación Municipal de Cultura y de la empresa municipal Divertia, llamada a desintegrarse y repartir sus diferentes áreas por otras concejalías. Ni siquiera en esos dos ámbitos alcanzó un protagonismo estelar e incluso se le vio quedar al margen de algunos de los proyectos más singulares de su concejalía. Fuentes municipales aseguran que ese escenario y algunos desencuentros internos sobre el trabajo en sus áreas de responsabilidad habían generado en Ferrao una situación de malestar que se fue intensificando con el paso del tiempo y generando tensiones. Ferrao también estaba al frente del Consejo Escolar Municipal y del Conseyu Asesor de la Llingua Asturiana.

De la ausencia en Tabacalera al lío “franquista” en la Laboral

Tabacalera es el proyecto cultural más importante que tiene entre manos el Ayuntamiento. Por eso, extrañó en su momento que quienes presentaran oficialmente en el salón de recepciones de la Casa Consistorial el plan de usos del futuro centro de cultura contemporánea fueran Lara Martínez y Miguel Barrero, los números dos de Ferrao en Divertia y la Fundación de Cultura. Al edil le tocó el papel más discreto de presentárselo a los grupos políticos en la comisión. Si esa polémica alrededor del edil fue por omisión. Otra fue por acción. Ferrao fue quien se encargó de defender ante el Pleno la posición del PSOE en contra de promocionar la Universidad Laboral como patrimonio de la Humanidad por su pasado franquista. Un rechazo que salió adelante en la votación por el apoyo de los tres partidos de la izquierda generando la indignación de la oposición de centro derecha y el inicio de una movilización social que acabó con una manifestación en la plaza Mayor. Y que llevó a la propia Alcaldesa, Ana González, a hacer una comparecencia pública para dar un giro a la posición de su partido. En esa comparecencia González dijo que “quizás el PSOE no supo explicar bien sus argumentos” y lo asumió como un error personal.

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