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Los vecinos de la calle Pablo Olavide apoyan la peatonalización, aunque lamentan la pérdida de aparcamientos

“El parque ganará”, aseguran los comerciantes y vecinos de El Llano

María José Pérez y Juan Wensell, ayer, en la calle Pablo Olavide. Ángel González

Durante muchos años la batalla de los vecinos de la calle Pablo Olavide fue romper el fondo de saco de la vía y que el tramo que va desde la intersección con Leoncio Suárez tuviera salida hacia Doctor Luis Heredia. Una petición que no prosperó y a la que ahora se le ha dado una vuelta de tuerca con el proyecto para peatonalizar esos 80 metros de asfalto. “Como estaba hasta ahora no tenía ningún sentido, para que solo pudiesen aparcar una decena de coches. El parque ganará en amplitud”, explica Juan Wensell, mientras cuida de su hija y charla con María José Pérez en la zona de juegos situada a escasos metros.

La primera fase del proyecto de peatonalización en esta calle de El Llano ha sido recibida con agrado entre los vecinos y uno de los pocos comercios de la zona, la cafetería Amalu. “En nuestro caso nos permite tener más espacio en la terraza”, confiesa tras la barra Daniel Martínez. Como vecino de la zona entiende, no obstante, que “se perderán plazas para aparcar coches, que es algo que no sobra en la zona, pero ganará también el parque en amplitud y seguridad para los niños”.

Ayer, el proyecto de peatonalización era algo muy comentado entre los habitantes de la zona. “Nunca vi sentido a este tramo de carretera sin salida, pero sí que el otro, el que va de Leoncio Suárez a Niño Jesús, puede tener algo más discusión para aquellos que quieran ir para Contrueces o cambiar de sentido en Gaspar García Laviana”, explica Fernando Parada. “Es una zona difícil de aparcar todo el barrio, y se perderán plazas de aparcamiento, así que por ese lado es un contratiempo, pero creo que quedará bonito visualmente”, comenta.

Daniel Martínez, camarero. Ángel González

A nivel comercial, apenas hay afectados. Salvo la cafetería, la mayor parte de los negocios tienen su entrada principal por la avenida Gaspar García Laviana, paralela a Pablo Olavide. No obstante, algunos trabajadores sí que trasladan su malestar, como José Ángel González, fontanero autónomo, que acaba de aparcar justo enfrente de su casa ayer a primer de la hora de la tarde, y accede cargado de bolsas a su domicilio. “Va llegar un momento en el que tendremos que subir los coches a casa, todo lo que se quite es perjudicial porque se agrava aún más el problema del aparcamiento”, comenta. En su caso no entiende la decisión, pese a que reconoce que la calle, sin salida, es algo “contradictorio”. “Las aceras ya son bastante anchas, incluso aparca algún coche los fines de semana aquí y aún así quedaba espacio suficiente”, recalca.

La primera fase tendrá un plazo de ejecución de tres meses y costará 170.000 euros para peatonalizar 80 de los 240 metros que tiene la vía. Para las otras fases sí que existe algo más de discrepancia, debido a que se encuentra el Colegio de La Milagrosa, aunque ahí existen accesos por las calles Niño Jesús y Ana María. Lo que será más difícil de subsanar será el perjuicio para los conductores de tener que “dar un rodeo de un par de manzanas más en caso de querer incorporarse a Gaspar García Laviana”.

José Ángel González, vecino. Ángel González

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