Vendía desde tiritas a cordones, revistas, periódicos, chicles “Bazoka”, aceitunas en cucurucho y hasta cigarrillos sueltos cuando la legislación aún lo permitía. Carmen López Sáiz, a la que los vecinos de la zona centro apodaban “Mela”, fue la quiosquera de varias generaciones desde el histórico local ubicado en medio de la plaza San Miguel. Su inolvidable sonrisa se apagó ayer, a los 85 años, por culpa del coronavirus. Fue la penúltima titular de un negocio familiar que data de 1901 y que fue reconvertido a establecimiento hostelero en la última década.

López Sáiz deja marido, Jordán García, y tres hijas: Cheres, Eva y Laura. Tenía cinco nietos. Nació en la calle Concepción Arenal, de donde fue vecina de toda la vida salvo por un tiempo que vivió en Dindurra. Se desempeñó desde la década de los setenta hasta el año 2000 en el quiosco de la plaza San Miguel, construido en su actual ubicación en 1946. Entre el 2000 y hasta el 2010, el puesto lo regentó su hija Eva García. “Abría desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche, por ese tiempo la plaza era un lugar de encuentro”, recordaba ayer su hija pequeña, Laura García.

Durante el tiempo en el que el quiosco permaneció cerrado, “Mela” evitaba cruzar por la plaza para no ver la decadencia del puesto, rehabilitado en 2012. De Gijón de toda la vida, la mujer era socia del Sporting y una habitual del jueves de comadres. También era muy aficionada a la canción. Sus restos reposaban ayer en el tanatorio de Gijón-Cabueñes. El funeral será hoy a las 18.00 horas en la iglesia de San Lorenzo.