Un operario que quedó inválido tras sufrir un accidente laboral exige una indemnización de 800.000 euros para el gerente y el encargado del almacén de la empresa para la que trabajaba por no cumplir las medidas de seguridad y no evaluar bien los daños. A la víctima, que frisa los 30 años aunque los hechos se remontan a mayo de 2016, le cayó una pieza de hormigón de cuatro toneladas que le dejó atrapado de “cintura para abajo” en un contenedor de carga.

La Fiscalía mantuvo la petición de dos años y medio y un año y medio de cárcel para cada uno de los dos acusados, responsables de una empresa de transporte de mercancías y mudanzas. La defensa, en cambio, pidió la libre absolución. Su tesis se basó en que el trabajador había recibido la formación adecuada, ya había hecho esa operación en varias ocasiones y le explicaron que “no debía ponerse ni debajo ni a los lados” de la pieza. Uno de los testigos apuntó que este extremo era imposible por la falta de espacio –el contenedor tenía 2,30 metros por doce– y aseguró que salió ileso por muy poco. Además, una de las cuatro peritos que declaró ayer, indicó que la forma de transportar la carga no era la adecuada. “Fue una completa improvisación”, afirmó.

La vista oral versó sobre aspectos técnicos sobre el transporte de la pieza. Por sus dimensiones se emplearon una tanqueta y una carretilla elevadora, esta con un accesorio alargador fabricado por la propia empresa, que carecía de manual de instrucciones y contradecía la forma correcta el uso estipulado por el fabricante. La Fiscalía decidió mantener la petición de dos años y seis meses para el gerente y un año y seis meses para el jefe del almacén así como una indemnización de 430.000 euros. La acusación, que pedía cerca de 600.000 euros, elevó la cifra a los casi 800.000 euros.