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El detenido por la muerte del niño de 2 años, “muy afectado”, queda en libertad

El novio de la madre del pequeño, que salió abatido de los calabozos, sigue investigado, no podrá abandonar el país y deberá personarse a diario

El joven detenido por la muerte del bebé, a su salida de los calabozos del Palacio de Justicia, ayer, pasadas las dos de la tarde. Juan Plaza

Abatido, presa del llanto y abrazándose fuertemente a un peluche. Así abandonó ayer los calabozos del Palacio de Justicia el joven detenido desde el pasado domingo por la muerte del niño gijonés de casi dos años, hijo de su pareja sentimental, después de que la magistrada de guardia decretase su puesta en libertad provisional, en contra del criterio de la Fiscalía, que solicitó su ingreso en prisión. Eso sí, eludir por el momento su entrada en la cárcel, una decisión que podría ser recurrida, será a cambio de dos medidas cautelares severas: la obligación de presentarse a firmar a diario y la prohibición de abandonar el territorio nacional sin permiso judicial. “Está muy afectado por todo lo ocurrido, por su situación estos días (sufrió varios ataques de ansiedad durante las 72 horas que estuvo en los calabozos) y especialmente por la muerte del niño, al que quería mucho, igual que a su madre”, describieron ayer personas de su entorno. El padre del crío, por su parte, ejercerá la acusación particular en este traumático episodio que ha sacudido a dos familias gijonesas.

El hombre, vecino de Ceares y pareja de la madre del niño desde hace alrededor de ocho meses, acabó detenido el pasado domingo después de que la Policía Nacional le tomase declaración, en principio como testigo, por la muerte del niño, que pudo deberse a un episodio de malos tratos. Según expuso Ana Belén D. F. en declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, su pareja se había quedado al cuidado del pequeño, que el próximo día 3 de julio iba a cumplir dos años, el pasado jueves, mientras ella estaba trabajando y sus abuelos maternos acudían a una cita médica. No era la primera vez que este joven se quedaba al cargo del niño, al que quería “como si fuera su hijo”. De hecho, era habitual que le enviase vídeos y fotos a su pareja cuando se encargaba de las atenciones al pequeño. “El niño estaba siempre feliz con él”, dice la progenitora. Es por ello que la madre del niño, que en todo momento ha defendido la inocencia de su pareja, recibió ayer con cierto alivio la noticia de su puesta en libertad con cargos. “Si es que mi niño lo llamaba papá”, incidió ayer Ana Belén D. F.

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El duelo de dos familias gijonesas tras la muerte de un bebé por posible maltrato M. L

La investigación policial, llevada a cabo por agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev), estuvo centrada en detallar las últimas horas del niño antes de que ingresase sobre la una y media de la tarde del jueves en Cabueñes, donde le derivaron al HUCA dada su grave situación. Las lesiones internas que presentaba, compatibles con los malos tratos y descubiertas por las pruebas realizadas por los médicos, activaron el protocolo pertinente. Son esas heridas y todo el proceso médico posterior, autopsia y demás pruebas, una parte fundamental de la investigación judicial, a cargo del Juzgado de Instrucción número 3, que ya el fin de semana tomó declaración a varios sanitarios para tener constancia de cómo pudieron producirse y cuándo esas lesiones. Su titular desde hace años, el magistrado Jesús Pino, dejará en septiembre este puesto para asumir el Juzgado de Primera Instancia y Familia número 8 de Gijón tras alrededor de dos décadas como instructor. Será un sustituto o quien asuma la plaza la persona encargada de llevar a cabo la instrucción por la muerte de este niño, algo que presumiblemente se dilatará en el tiempo. Todo apunta a que se trata de un caso de malos tratos.

En base a esos informes médicos, y esas horas últimas reconstruidas en base a los testimonios de la familia del pequeño, los investigadores de la Udev señalaron a la pareja sentimental de la madre del niño, que había pasado con él las últimas horas. “El niño estaba cansado y lo acostó, estaba bien cuando llegamos, pero luego empezamos a escuchar gritos, y estaba pálido y con los pies rígidos”, coincidieron en explicar a este periódico la madre y la abuela materna del niño el pasado martes, en el velatorio. El domingo, este joven ya quedó en los calabozos, donde sufrió varios episodios de ansiedad y respondió a las preguntas de los agentes. También ayer, en sede judicial, respondió a las cuestiones de todas las partes implicadas en el procedimiento.

Esos informes, y tras la declaración del joven, bastaron para que el fiscal solicitase a la magistrada de guardia (ayer estaba la titular del Juzgado de Instrucción número 4, Ana López Pandiella) su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza al entender que “existen indicios que apuntan a que el detenido podría ser el autor de los hechos”. Además, en su petición pesó la gravedad de los hechos y para evitar que pudiera sustraerse de la acción de la Justicia. No lo entendió así la jueza, que dictó un auto de libertad provisional con las medidas cautelares anteriormente expuestas, pero teniendo en cuenta que este joven “en principio, sigue unido” a la causa. Contra este auto cabe interponer recurso, y en cualquier caso todas las diligencias practicadas hasta el momento se llevarán a cabo desde el Juzgado de Instrucción número 3, que estaba de guardia cuando murió el crío y es quien ha liderado todas las actuaciones hasta ayer miércoles.

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Su salida de los calabozos tuvo lugar al filo de las tres de la tarde. Salió visiblemente afectado por lo ocurrido, sin separarse de un peluche y con paso muy lento. Le esperaban sus padres (que arroparon el martes a la familia materna del niño, tanto en el funeral en el tanatorio del Jardín de El Lauredal como en el entierro en el cementerio de Deva) y sus abogados, en los que encontró consuelo cuando todo apuntaba a que dormiría en prisión. Entró derrumbado al coche tras los más de tres días que permaneció detenido.

La investigación policial y judicial sigue abierta y faltan diligencias por completar, pero por el momento se descartaban nuevas detenciones. Todo apunta a que la causa de la muerte del niño está en un episodio de malos tratos, pero falta determinar si fue fruto de un zarandeo o de hechos de mayor envergadura. El proceso puede ser largo, y las familias están todavía tratando de superar el duelo por la repentina muerte de un niño sano. Además, las dos partes implicadas están enfrentadas desde hace tiempo, tras una ruptura tormentosa de la relación entre el padre y la madre del crío, que hasta contó con un episodio sobre el que se pronunció el Juzgado de Violencia sobre la Mujer. Unas tensiones visibles también durante el velatorio. En lo que sí coinciden todos es en su empeño por esclarecer la trágica muerte del niño.

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