“Juntarnos de nuevo es volver a vivir, la pandemia nos ha quitado a la gente mayor varios años de vida”. Con esa ilusión hablaba ayer Amparo Fernández, una de las 120 personas jubiladas que participaron en la fiesta anual del Hogar del Pensionista Amigos Unidos. Una comida que sirvió para “ver a mucha gente” y a la que todos acudieron “encantados” por haber logrado reunir a más asistentes este año (el pasado apenas acudió medio centenar”, tal y como relataban Yolanda Fernández y María Jesús Orviz a la puerta del restaurante Savannah, donde tuvo lugar el acto. Entre los comensales estuvo también Natalia González, concejala de Derechos y Bienestar Social.

“Aunque todavía no vamos a poder bailar, este año lo disfrutaremos muchísimo”, aseguró Victoria Rodríguez, presidenta de Amigos Unidos. “Es un día de convivencia, de fiesta”, añadió la máxima responsables del colectivo. “También habrá momento para acordarnos de todos los que ya no están”, remató. La vacunación está detrás de que los vecinos que se animaron a participar fueran mucho más que en el año anterior. “El año pasado solo fuimos 50 personas porque la gente tenía miedo. Pero este año, gracias a la vacuna, se han apuntado muchísimos más”, contaba Rodríguez. Algo de lo que daban buena fe los dos autobuses que llegaron llenos. “Otros años, cuando podíamos bailar, nos quedábamos hasta las ocho y media o nueve. Este año, a las seis de la tarde vendrán a buscarnos los autobuses y ya nos vamos”, añadió la presidenta. Y es que, aunque la situación ha mejorado, aún hay medidas que respetar en este tipo de eventos.

En el restaurante todo estaba preparado para acoger de la manera más segura esta jornada festiva, con mesas de capacidad para doce personas preparadas para ocho. Y con un menú bien repleto: croquetas, quesos y varitas de langostinos como entrantes de bienvenida, seguidos por un hojaldre relleno de marisco y un lingote de lechazo con guarnición. Como toque dulce, se sirvió un coulant de chocolate acompañado de helado de vainilla y para terminar, café, chupito y un copa de sidra achampanada por cortesía de la casa.

A pesar de que esta comida es uno de los actos principales de la Asociación, a lo largo del año han podido celebrar otro par de actividades. “Hicimos la excursión a Covadonga a petición de los socios y la misa que organizamos todos los años para pedir por los fallecidos y por los familiares de los socios”, concluyó Rodríguez.