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La recogida selectiva de restos de siega y poda se ampliará a toda la zona rural

El éxito de la experiencia piloto, con 260 toneladas reunidas en seis meses para compost, impulsa la instalación de más contenedores y sin cerradura

Uno de los contenedores de recogida de residuos vegetales ubicado en el camino de La Pipa, en Somió. | Juan Plaza

La Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano (Emulsa) ya tiene decidido que extenderá al resto de las parroquias de la zona rural la instalación de contenedores especiales para la recogida selectiva de residuos vegetales –restos de poda y siega, fundamentalmente– tras el éxito alcanzado en la experiencia piloto que se puso en marcha el pasado mes de noviembre para prolongarse durante medio año. El número de contenedores, las zonas determinadas y las fechas para esa ampliación aún están pendientes de decidir pero ya se tiene claro que a partir de ahora la recogida se hará en contenedores sin cerradura y no se seguirá la premisa actual de colocar un contenedor de resto vegetal separado por cada contenedor de basura ordinaria.

El salto de la experiencia piloto a la consolidación de la recogida selectiva de residuos vegetales se hará de forma paulatina y en base a la disponibilidad de presupuesto de Emulsa. Así se lo han indicado desde la empresa que lidera el concejal socialista Olmo Ron a la concejala Mara Simal de Ciudadanos que había planteado esa iniciativa en comisión en su momento y ahora se había interesado por los resultados de la experiencia.

Lo que hizo Emulsa en noviembre fue colocar 53 depósitos especiales para recoger residuos vegetales en la zona rural. Los ubicó en Somió, La Guía y Cabueñes como espacio para experimentar y optó por dejar abiertos la mitad y limitar el uso de la otra mitad a través de una cerradura electrónica que exigía acceder usando la tarjeta ciudadana. Igual que se hace con los contenedores para la recogida selectiva de materia orgánica que ahora hay por toda la ciudad. Una primera cuantificación de esa experiencia piloto eleva a 260 toneladas el material recogido. Toneladas, se recuerda desde Emulsa, que han dejado de ser un residuo destinado al vertedero para convertirse en un compost vegetal de gran calidad.

Uno de los intereses de Emulsa era garantizar que junto a esos restos vegetales no se colara otro tipo de basura para evitar una degradación de ese compost que era el destino final. El propio informe de Emulsa establece que “los resultados obtenidos arrojan unas cifras extraordinarias”: 100% de residuo vegetal en los contenedores con cerradura y 95% en los que estaban abiertos, donde se recoge mucha más cantidad. Esa presencia mínima de la basura considerada “impropia” es la razón por la que los responsables de Emulsa entienden que el proceso puede seguir adelante en contenedores sin cerradura.

Otro elemento analizado, y a tener en cuenta, es que la colocación de estos contenedores no ha supuesto una reducción en los restos de ese tipo depositados en los puntos limpios de Emulsa. La cantidad recogida es similar a la de los últimos años con lo que la conclusión final desde Emulsa es que “la cantidad de restos de poda y siega destinados al reciclaje y a la obtención de compost ha aumentado gracias a la experiencia piloto”. En los puntos limpios se recogieron el año pasado –un ejercicio singular por la incidencia en la movilidad y la actividad de las limitaciones del estado de alarma por la pandemia– 1,9 toneladas de residuos vegetales de todo tipo de origen. El año anterior habían sido 2,2. Ese servicio está abierto a empresas de jardinería.

El plan piloto de recogida de restos vegetales en la zona rural se financió dentro del proyecto europeo Winpol Interreg pero no hay que olvidar que esta actuación viene recogida en el Plan Integral Municipal de Residuos de Gijón, aprobado en 2018, y que ha sido una demanda reiterada desde el movimiento vecinal.

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