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La oferta “variada” y la localización al aire libre, claves del éxito de la Campa Torres

“Es un lugar indicado para el turismo en plena pandemia”, dicen los responsables municipales sobre el aumento de visitantes en el yacimiento

Alberto Pingarrón, María de Gracia Peralta, Jimena Pingarrón y Cristina Suárez, en la Campa Torres. | M. L.

La Campa Torres vive un momento dulce. De acuerdo con los datos que maneja el Ayuntamiento, adelantados ayer por LA NUEVA ESPAÑA, el yacimiento es el único equipamiento municipal que ha aumentado sus visitantes en el primer semestre no sólo respecto al año pasado sino también a 2019. Mientras el resto de museos se deshincha. Paloma García, directora de la Campa y del resto de museos arqueológicos de Gijón, tiene claro los motivos de esta singularidad. “Al ser un yacimiento al aire libre, es uno de los sitios más indicados para albergar público en pandemia”, alega. También, se refiere a la variedad de actividades que se puede realizar en él. “Los fines de semana tenemos visitas guiadas”, explica.

Entre ellas, está el “Arqueobús”, un autobús que sale de Fomento y a través del cual se puede acudir al museo de la Campa y al de la Villa Romana de Veranes. Además, tiene el plus de ser un “itinerario arqueológico dramatizado”. La ruta de senderismo también contribuye a que los turistas se inclinen por visitar el museo. “En el cabo Torres desemboca una ruta que nos beneficia de cara a que el público se acerque”, asegura la directora.

No solo Paloma García expone las claves del aumento de los visitantes. De acuerdo con el arqueólogo Ángel Villa Valdés, las instalaciones museísticas de la Campa “informan al visitante de aspectos de la vida cotidiana de las personas que habitaban los castros”. Además, ciertos “elementos expresivos” contribuyen al éxito del museo, como la recreación de dos cabañas. Si a todo ello se le unen “las condiciones naturales”, con el mar Cantábrico como “telón de fondo”, “no son de extrañar” las cifras de asistencia del primer semestre de 2021, en el que el museo de la Campa Torres recibió 30.255 visitantes.

Miguel Barrero, presidente de la Fundación Municipal de Cultura, valora positivamente los datos de asistencia al museo de la Campa, que considera un “equipamiento fundamental” en lo que constituye la explicación de “los orígenes de la ciudad de Gijón”. Además, celebra su éxito en consonancia con el énfasis que desde la fundación han puesto en él. “Se trata de un museo en el que hemos incidido especialmente”, expone. Por ejemplo, mediante el “Proyecto Campa”, que permitirá estudiar el terreno en profundidad. No obstante, hace referencia a que se ha de tener en cuenta “el momento en el que estamos”, sobre todo, para justificar los datos menores de otros museos. “La pandemia supone reducciones importantes de aforo, que obligan a que los asistentes sean menos”, señala el presidente. “También, que se hayan cancelado las visitas escolares”, indica.

Por último, Barrero alude a que la situación permitirá que se recupere el número de visitas en los museos a nivel global. “Poco a poco se va retomando la actividad habitual, aunque restringida a los aforos que deja la situación de pandemia”, señala. De cualquier modo, Barrero matiza que el éxito de un museo “no depende” del número de personas que vaya a visitarlo, sino de “la labor que haga el propio establecimiento”. “El público es un indicador, pero no el único”, finaliza.

“Las vistas son fabulosas”

Los turistas destacan la “calidad de las visitas guiadas” de la Campa Torres como uno de sus principales atractivos 

“Visitar la Campa Torres es una oportunidad única para todos”. Así describen los visitantes lo que significa acercarse a las instalaciones del yacimiento. Además, destacan “las vistas” o “la cantidad de enseñanzas históricas” que aporta. Pero esto son solo unas pinceladas de los motivos por los que el Parque Arqueológico y Natural de Gijón cuenta con una notable afluencia de público, en contraste con otros equipamientos.

Aunque residente en Francia desde 1974, Inés Díaz, natural de Gijón, se acerca cada verano a las instalaciones. “He venido varias veces al museo y solo tengo palabras de elogio”, comenta. Además, alaba una de las posibilidades que ofrece la organización: “Las visitas guiadas están muy bien”. Díaz también incide en que el acceso al museo sea gratuito, lo que supone “acercar” la historia y la cultura a la sociedad de manera única. Mientras, su marido, Robert Chaffer, aprovecha para fotografiar el puerto que se ve desde lo alto. “Donde vivimos, esto no se encuentra”, comenta. En suma, declara que a menudo han acudido al museo en compañía de algún amigo “de fuera” al que enseñar la ciudad.

Jorge González, junto a su hijo Víctor, en el parque arqueológico. | M.L.

Este es el caso de Begoña González, gijonesa que visita la Campa Torres junto con Alberto Pingarrón, la mujer de este, María de Gracia Peralta, y la hija de ambos, Jimena. “Venimos desde Madrid y estamos impresionados”, declara Pingarrón, sorprendido al apreciar las instalaciones. “Lo que más me impacta, aparte de las vistas, es lo que significa el asentamiento para Gijón”, prosigue. No importan los elementos industriales que puedan afear el paisaje, como los depósitos de gas. “Esto le gusta a cualquiera”, sostiene. Pingarrón, asimismo, hace referencia a la ventaja de “aprender” acerca de la historia de Gijón, lo que considera uno de los atractivos más notables del lugar. Otro de ellos es que la Campa Torres se encuentre en un espacio abierto. Y más en una época como la actual. “Con la pandemia, que se encuentre al aire libre ha sido una característica que hemos tenido en cuenta para venir expresamente a este museo y no a otros”, sostiene.

La familia Pingarrón Peralta acude al museo acompañada por Cristina Suárez, una de las guías encargada de enseñar al público el museo. Suárez destaca que los asistentes suelen atender sobremanera al “sistema defensivo” y a la “extensión del terreno”, así como al “paisaje”. Asimismo, afirma que la “proximidad a la ciudad” provoca que muchos usen habitualmente el lugar como “sitio de paseo”, como es el caso de Candi Bermejo y Mar Merino. Ambas son vecinas de la zona y suelen acudir a las inmediaciones del museo para “caminar”, aprovechando que se trata de un “espacio de esparcimiento y ocio”. Aun así, son fieles conocedoras de la Campa Torres y su relevancia cultural. “El museo es verdaderamente interesante”, mantiene Merino. Además, apela a la importancia de que los habitantes de Gijón y los turistas que se acerquen hasta la villa conozcan la existencia de los asentamientos. “La divulgación es esencial para que aumente el número de visitantes”, expone.

A la majestuosidad del paisaje y la trascendencia de los restos arqueológicos que se encuentran se une la ubicación como uno de los puntos fuertes de la Campa Torres. Así lo asume Jorge González. “No parece un museo realmente”, explica. Y es que la localización de las instalaciones hace que muchos terminen por entrar al museo antes de darse cuenta. “Cuando terminas de disfrutar del paisaje, ya estás casi en la puerta”. Así es la Campa Torres y así lo ven sus numerosos visitantes.

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