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Viaje hacia la apoteosis en El Molinón con "Love of Lesbian"

La banda cierra ante más de 2.000 personas las actuaciones del festival Tsunami en el estadio gijonés: “Es un placer estar aquí como fans que somos de Quini”

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El concierto de Love of Lesbian en El Molinón, en imágenes Marcos León

El Molinón volvió a iluminarse de noche. Esta vez, de la mano de “Love of Lesbian”, en el último de los conciertos del festival Tsunami sobre el verde del templo gijonés. La agrupación musical, activa desde el año 1997, congregó a más de 2.000 personas en el estadio. El público, entregado desde el minuto cero, acompañó a la banda por un recorrido desde sus temas más populares hasta los de “V.E.H.N” (Viaje Épico Hacia la Nada), su último disco.

“Love of Lesbian”, durante su concierto de ayer en El Molinón. Marcos León

Precisamente con la canción titulada “Viaje épico hacia la nada” arrancaron el recital. Lo hicieron después de que el público ya rompiese a aplaudir cuando se apagaron las luces para dar paso al espectáculo audiovisual introductorio, un tanto enigmático. Fueron saltando a los escenarios los componentes de la banda catalana. El último en hacerlo, como mandan los cánones, fue Santi Balmes, cantante y líder de “Love of Lesbian”.

Tras “Viaje épico hacia la nada”, llegó el turno de “Crisálida”, también de su último disco. Y después, el saludo de rigor, a todos los sectores con público. “Es muy emocionante estar aquí. Una de las poquísimas cosas buenas de todo lo que está pasando es que estamos tocando en El Molinón ¡Quién lo iba a decir! Un saludo a todas, todos y todes. Queríamos deciros que bienvenidos al viaje que vamos a emprender hacia la nada y el todo”, proclamó Balmes, que no se olvidó de nombrar al profeta de la tierra que pisaba: “Es un placer estar aquí como fans de Quini. Creo que eso nos une”. Y tampoco se olvidó de las circunstancias que rodean a cualquier evento que se celebre en la actualidad. “Es cuestión de intentar pasárselo bien sin levantarse. Cuando estamos en el escenario nos cuesta gestionar la emoción y poner el freno de mano. ¡Ojalá os quedéis afoniques!”, exclamó.

El recital siguió con las canciones “Bajo el volcán” o “El sur”. El público recibía cada tema con más intensidad, quizás mermados en número por las restricciones, pero circunscrito al grupo de mayores seguidores a la banda catalana. Y llegó el turno de “1999”. Entonces, el viaje ya no fue a la nada o al todo, sino hacia la apoteosis.

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