El Hospital Covadonga, en plena ampliación, acaba de habilitar una Unidad del Olfato con el fichaje de Adela González, facultativa retirada de Cabueñes y una de las mayores especialistas en patologías de esta especialidad en Asturias. La pérdida de olfato, también llamada anosmia, cobró especial relevancia en el último año y medio por ser un síntoma habitual de los infectados por covid-19, especialmente en jóvenes. “Puede ser un sensor precoz de más de 300 enfermedades”, asegura González.

“Según las investigaciones un paciente con pérdida de olfato suele tardar aproximadamente dos años en declararlo en una consulta”, explica González, que añade que este tipo de enfermos “no suelen encontrar comprensión” en su entorno. “Les dicen comentarios como ‘mira qué bien, así no sientes malos olores’, pero no nos damos cuenta de que esa persona puede exponerse a elementos tóxicos sin darse cuenta”, añade.