La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Condenan a trece años y medio de cárcel a un joven por agredir sexualmente a su prima

El procesado aprovechaba los encuentros en casa de los abuelos para forzar y amenazar a su víctima, menor de edad, durante casi una década

Juzgados Gijón.

Trece años y medio de cárcel es la condena impuesta a un joven nacido en 1992 que durante casi una década abusó sexualmente de su prima, una gijonesa menor de edad, aprovechando que en ocasiones se quedaban solos en casa de los abuelos paternos, ubicada en Carreño. Bajo amenazas y mediante el empleo de la fuerza para lograr sus objetivos, este individuo comenzó a sus 16 años a realizar prácticas sexuales con su víctima, a la que deberá indemnizar con 20.000 euros. Este individuo, además, deberá cumplir siete años y siete meses de libertad vigilada, con prohibición de acercarse a su prima a menos de 200 metros y de comunicarse con ella, a contar desde su salida de la cárcel.

Los hechos comenzaron a producirse en periodos vacacionales y fines de semana, cuando la niña tenía ocho años. Entonces comenzó a sufrir las agresiones sexuales, coincidía con su primo en la vivienda de los abuelos que tenían en común. El condenado tenía 16 años en ese tiempo, por lo que esos hechos se investigaron a través del Juzgado de Menores. Pero las prácticas sexuales se prolongaron en el tiempo, y fueron “aumentando en intensidad”, según refleja la sentencia de la sección octava de la Audiencia, una vez que el procesado adquirió la mayoría de edad.

Desde el verano de 2010 hasta septiembre de 2017, “con ánimo de satisfacer su deseo sexual”, este joven continuó con las prácticas sexuales, dándole besos a su prima, realizándole tocamientos de toda índole en sus partes íntimas o la obligaba a practicarle felaciones. Las veces que intentó consumar las agresiones sexuales, la menor “se movía en exceso para impedírselo”. La víctima, resalta el tribunal, “no consentía esas prácticas, pidiéndole que no lo hiciera, pero él la cogía por el cuello y se ponía encima de ella”. “Dada la mayor fuerza física del acusado, que le decía que no lo contara porque no la iban a creer, la víctima no podía evitarlo”, señalan los magistrados, que también confirman que el joven la amenazaba con pegarle si lo contaba.

El procesado, por su parte, negó todas las acusaciones a lo largo del procedimiento, incluida la vista oral, que se celebró a puerta cerrada. El joven argumentó que nunca habían coincidido solos ni dormido juntos en la casa de los abuelos, y que las acusaciones de su prima contra él estaban motivadas porque ella “siempre ha querido hacer daño” a su familia, y que además “notaba cierta envidia hacia él, celos de que los abuelos le quisieran más a él”, se recoge en la sentencia. “Desde pequeña contaba mentiras”, declaró el procesado.

La veracidad de la versión de la víctima, en cambio, avalada por testigos e informes periciales, está fuera de duda. Su relato fue “claro, persistente en las múltiples veces que se vio obligada a relatar los hechos, sin contradicciones en lo esencial, admitiendo incluso hechos que pudieran interpretarse como desfavorables para ella”, recogen los magistrados. El fallo puede ser recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias.

Compartir el artículo

stats