José Enrique Plaza (Gijón, 1966) es el presidente del Club Natación Santa Olaya, que el jueves celebra en el teatro de La Laboral su gala anual, a las 20.00 horas. El 20 de diciembre se cumplirá un año desde que ganó las elecciones. Tomó el timón en un momento trascendental de la historia de la entidad. En un frente, la mayor ampliación en cuanto a instalaciones de la entidad comprometida con el Ayuntamiento. Y en el otro, la compra de los terrenos cedidos por la Autoridad Portuaria donde ya se asientan muchas instalaciones del club. Entre medias, tuvo que lidiar con la pérdida de socios por la pandemia y las restricciones a los clubes durante la efervescencia del virus.
–Hace casi un año que triunfó en las urnas. ¿Qué valoración hace de este tiempo?
–Desembarcamos en el Santa Olaya en el peor de los momentos. Eso fue lo primero que pensé. Lo digo porque llegamos en mitad de una pandemia que obligó a cerrar las puertas del club por primera vez en su historia. Cuando cogimos la entidad había muchas restricciones en lo que a actividades dirigidas se refiere, que son una fuente de ingresos importante para nosotros. También teníamos cerrados los espacios interiores.
–¿Todo eso en qué se tradujo?
–Hasta junio, el número de accesos diarios de socios a nuestras instalaciones o alcanzaron un nivel similar al de 2019. O sea, antes de la pandemia. Eso es complicado de gestionar y fue el primer handicap que nos encontramos al hacer el presupuesto de este año. Con el club cerrado o a medio gas es imposible hacer un cálculo realista de los ingresos. Eso sí, los gastos siguen siendo los mismos.
–Unos gastos que van a más por el aumento de los costes energéticos.
–Así es. Sobre la mesa ya tenemos un aviso. El consumo de gas, y veremos el de la luz, nos va aumentar a partir de febrero en 109 por ciento. Es decir, vamos a pagar el doble de lo que pagamos ahora. Eso descuadra un presupuesto. Así que tenemos que ser muy prudentes a la hora de planificar los gastos. Por delante, tenemos un importante proceso de ampliación.
–Se refiere al acuerdo con el Ayuntamiento. ¿En qué punto se encuentra?
–Un trámite. El convenio está firmado y solo queda protocolizar la firma ante notario.
–¿Cuándo arrancará?
–En 2022 queremos comenzar con el concurso de ideas para definir lo que vamos a hacer en esa parcela y para hacer un plan director del club. Se llamará CNSO 2030 y será nuestro proyecto de referencia. Lo haremos sin prisa, pero sin pausa porque no es un buen momento para equivocarse. Los gastos corrientes del club, con el aumento de los costes energéticos, nos van a hacer un roto importante.
–¿Para cuándo empezarán las obras?
–El convenio municipal es claro. Hay que empezar antes de cinco años y terminar antes de ocho. Creo que esos términos deberían revisarse porque se fijaron antes de la pandemia y de esta crisis. Deberían adaptarse a lo que es la realidad de los clubes y al perjuicio que el coronavirus nos ha provocado. La pandemia no solo ha dejado pérdidas, también incertidumbre.
–Profundice.
–Me refiero a que no sabemos qué es lo que va a venir. Los costes energéticos es algo que ha venido para quedarse. Eso obliga a reajustar todo. Luego están los costes de construcción, que han crecido un 25 por ciento. Esas circunstancias, para un club que vive de las cuotas y de las actividades, nos lleva a un escenario en el que hay pensar muy bien qué hacer. Lo dije en la campaña y lo mantengo. Nunca tomaré una decisión que comprometa la sostenibilidad a futuros del Santa Olaya.
–Luego tiene la compra de los terrenos a la Autoridad Portuaria.
–Sí, la concesión administrativa termina en octubre de 2024. Son parte del club y debemos comprarlos porque no podemos estar ahí de prestado. Cuando llegamos a la directiva, ya había una intención de comprar por parte del club con una tasación inicial hecha por el Santa Olaya. Esa tasación era asumible para nuestra economía. Ahora, ha avanzado la tramitaicón administrativa de desafectación los terrenos. La Autoridad Portuaria ya nos ha comunicado un primer precio de venta.
–¿Asumible?
–No, nos ha sorprendido muy negativamente. Está alejado una barbaridad de lo que preveíamos. Y cuando digo una barbaridad quiero decir que nos hace replantearnos el poder comprar esos terrenos por su alto precio.
–¿Perderlos qué significaría?
–Si sucediera en algún momento, sería un problema enorme. Tenemos muchas instalaciones. A partir de la piscina exterior, están la zona de esparcimiento, las pistas de tenis, de pádel, una parte del pabellón, la pista exterior de carrera y una pequeña esquina de la piscina exterior. Medio club.
–¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia en el club?
–Tenemos dos fuentes de ingresos, que son las cuotas y las actividades dirigidas, es decir, los cursillos. En actividades dirigidas, las pérdidas de ingresos han sido de un 54 por ciento; en arrendamientos de instalaciones y otros servicios, de un 47 por ciento. Solo en el 2020 tuvimos casi mil bajas de socios. Este goteo de bajas aún sigue este año, aunque ya en menor medida.
–¿La campaña de socios ha cambiado las tornas?
–Sí, estamos muy orgullosos de ella. Ha superado nuestras expectativas. La planificamos con un doble sentido. Cubrir las bajas y rejuvenecer el perfil de socio. El resultado ha sido satisfactorio porque hemos recuperado 1.270 socios. Esa fue la mejor noticia para el Santa Olaya. No solo hemos recuperado los que perdimos, sino que recuperamos socios al nivel del año 2016. Era algo que hacía tiempo que no se veía. Estos ingresos extra son vitales para acometer en el segundo semestre del año la subida de precios energéticos. Es una circunstancia buena, pero es coyuntural. Tenemos que seguir.
–¿Cómo avanza la creación de una asociación de clubes sociodeportivos?
–A buen ritmo. Esperamos tenerla operativa ya en 2022. Es una buenísima noticia para Asturias. Va a permitir que en temas comunes tengamos cierta fuerza. Los clubes en la pandemia hemos sido los grandes olvidados. Las ayudas, en comparación con otros sectores, fueron mínimas. No tenemos ánimo de lucro ni somos unidades productivas, pero sí empleadoras. Nosotros aportamos 45 empleos directos y bastantes indirectos y todo lo hemos mantenido sin prácticamente ayudas.
–¿A nivel deportivo, qué tal?
–Potenciando la cantera. Tenemos porcentajes claros de lo que debe ser el primer equipo en cuanto a presencia de canteranos y nadadores de fuera. El objetivo que está encima de la mesa es alimentar el primer equipo con gente de la casa. Hemos reestructurado todos los equipos para ello. Ahora, vamos a empezar un ambicioso plan de captación de críos en colegios. Estamos ya en ello.
