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Gijón estrena en la iglesia de Viesques una bendición de mascotas: "Hay que repetirla todos los años"

Cerca de una treintena de animales, entre perros, gatos, hámsteres y tortugas, son bendecidas por el párroco Andrés Fernández

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Bendición de mascotas en Gijón en la iglesia San Juan XXIII de Viesques. Ángel González

Cuando Andrés Fernández, párroco de San Juan XXIII, en Viesques, se fijó en que cada domingo, en la misa de doce, María Amor Vigón seguía la celebración desde fuera para estar con su perra, “Noa”, un bichón maltés, surgió la idea. El religioso decidió que había que acercar esa unión familiar con las mascotas a la parroquia y por eso, coincidiendo con la celebración de San Antonio Abad ayer domingo, patrón de los animales, llevó a cabo una multitudinaria bendición de mascotas a la puerta del templo. “Comparten la vida del hombre. Demos gracias por el cariño y la compañía que desprenden hacia nosotros”, relató el párroco durante la bendición de una treintena de animales. Entre ellos, la “responsable” de la iniciativa. “Me hace mucha compañía y no puedo dejarla sola, por eso siempre la traigo conmigo”, confesó María Amor Vigón, venezolana afincada en Gijón desde hace tres años y que desde el verano acude cada domingo a la iglesia de Viesques. 

En la bendición, mayoritariamente, hubo perros, muchos, y algún que otro hámster y tortugas. E incluso un gato, que llegó desde Pravia. “Wilson” es el nombre de la mascota de la joven María Lebeña, que se desplazó expresamente hasta Gijón con su madre, María Engracia Martínez, por la unión que tenía con el sacerdote, de cuando estuvo destinado en Pravia. “Nos parece una medida muy acertada”, señalaron, antes de añadir que no pudieron traerse también a su otro gato, de nombre “Pelusín”. “Es más rebelde, es de Cuba”, comentó Lebeña.

Nieves Suárez y Jorge Rodríguez son los abuelos de Carolina y Ángel Rodríguez, de 8 y 6 años. Por el cumpleaños de la primera le tuvieron que regalar una tortuga. Y se vieron obligadas a que su hermana también tuviera otra. Mientras los pequeños estaban en catequesis los abuelos esperaban con “Tortu” y “Phil”. “Me parece genial esta iniciativa. Las mascotas son piezas fundamentales, hay que protegerlas”, relató Suárez, vecina del barrio de Pumarín y natural de Tineo. “Siempre me encantaron los animales, he tenido de todo, gatos, periquitos, ratones, pollitos”. Y entonces intercede su nieta Carolina. “Tenemos ahora también un gato que se llama ‘Romeo’, pero no lo hemos traído porque se asusta.

Al sacerdote se le ocurrió la idea tras ver a una feligresa seguir siempre la misa desde fuera junto a su perra, “Noa”

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Los hámsteres tuvieron protagonismo. Les costó salir ante tanto revuelo. Pero acabaron dejándose ver para recibir el agua bendita. “Canica” estuvo acompañada de la pequeña Elena Cuervo y de su madre ,Victoria Fanjul. “Venimos muy contentas, nos hace mucha ilusión esta bendición”, señalaron. También los hermanos Oto y Teo Chudacik, junto a su madre, Ana Gancedo, acercaron a “Bolita”.

Entre la treintena de mascotas lo que más abundaron fueron los perros. “Matilda”, un can de aguas español esperó tranquilla y acompañada de “Terry”, un caniche, a la llegada del párroco. “Es algo que se tendría que hacer todos los años. Recuerdo que en su día había algo parecido cuando Mercaplana”, relató Mercedes García. “Es que son uno más de la familia, hasta la ley lo reconoce ahora”, añadió, a su lado, Carlos Camocho.

Adultos y niños disfrutaron de esta nueva experiencia en Viesques, que también tenía otro fin, como señaló el propio sacerdote, Andrés Fernández: “Es una manera de acercar la parroquia a la gente que no viene”. Aunque la gran mayoría de los que participaron en esta primera entrega de la bendición eran feligreses habituales. Como la pequeña Olivia Ansuriza, con su perro “Batman”, un yorkshire terrier. O Sofía Granda, con “Miko”, un shih tzu. Incluso el día sirvió para que Celia de Mier llevase a sus peluches, un cerdito y un perrito, para que también recibiesen la bendición. “No esperaba que hubiese tanta gente, pero vista la gran acogida, lo repetiremos seguro”, concluyó el párroco de Viesques.

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