La otra gran pieza clave de la vuelta de tuerca que el Principado quiere darle a la movilidad en la ciudad es el intercambiador de autobuses que se prevé edificar en El Humedal, un proyecto adelantado por LA NUEVA ESPAÑA hace dos meses y que, tal y como se anunció esta semana, contará con 2,1 millones de fondos europeos y que se suman a los otros dos millones para el aparcamiento en altura de la avenida de Portugal.
El objetivo de edificar un intercambiador de autobuses en pleno centro urbano es el mismo al del aparcamiento disuasorio: establecer mecanismos que promuevan el uso del transporte público y en detrimento del vehículo privado. El Humedal, que ya aglutina varias paradas de autobús y se entiende como una zona neurálgica para el uso del transporte público, es a ojos del Principado la ubicación más idónea.
La lectura que hace el gobierno local es que, en caso de que la estación intermodal acabe en Moreda, este intercambiador vendría a compensar la centralidad en el transporte en autobús. Para la oposición, sin embargo, el proyecto implicará que la intermodalidad a la que se aspira en la ciudad quede desligada. En cualquiera de los casos, la idea es que la infraestructura sirva para aglutinar a pasajeros de líneas urbanas e interurbanas, y es un modelo que se prevé que el futuro nuevo Plan de Movilidad replique más veces, ubicando estos intercambiadores en una ruta similar a la de las paradas del metrotrén. Uno de ellos se espera que pueda situarse junto al apeadero de La Calzada. Con esta futura nueva red, además, se espera también que la red de itinerarios de la ciudad sea pronto más radial, huyendo en medida de lo posible del sistema este-oeste que presenta ahora.
