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Aurelio Martín | Concejal de Medio Ambiente y Movilidad

“Ya nadie se imagina un Muro con cuatro carriles, y tampoco se lo imaginará con dos”

“Reformar las fachadas marítimas fue siempre un objetivo para impulsar Gijón y la pandemia nos trajo la oportunidad de los fondos europeos”

Aurelio Martín, en el paseo del Muro. Juan Plaza

En los últimos días, Aurelio Martín, edil de Movilidad y Medio Ambiente y el representante de Izquierda Unida en el gobierno local, ha presentado un nuevo Plan de Movilidad y copresentado la gran reforma del paseo del Muro, al tiempo que debía encarar el malestar ciudadano por la prohibición de aparcar en zona ORA sin etiqueta ambiental y el fallo judicial que declaró la obra del “cascayu” contraria a la ley y pedía restituir el tráfico.

–Una reforma del Muro de 15,8 millones y tres años de obra que se presenta a finales de mandato y sin tener financiación. ¿Un brindis al sol?

–No, no lo es. Yo estoy convencido de que habrá financiación europea. Las ayudas que hemos conseguido hasta ahora han sido para zonas de bajas emisiones, peatonalizaciones, carriles bici, carriles bus... El Muro es todo eso y, por tanto, tiene encaje en esas ayudas. El Plan de Movilidad define toda esa zona, no solo el Muro, como zona de bajas emisiones.

–Pero ahora mismo no hay ningún dinero. Ni siquiera en el presupuesto municipal.

–Y nada que diga que no lo va a haber. Desde la concejalía de Hacienda se hará el trámite para generar financiación propia para que pueda empezar la obra este año. Pero en esos más de 15 millones de euros habrá financiación europea, estamos convencidos,

–¿Por qué es el momento de reformar el Muro?

–Por dos motivos. La ciudad había entrado en una cierta inacción durante los anteriores mandatos. Nosotros queríamos dar un impulso a Gijón y desde el minuto uno dijimos que uno de los objetivos para conseguirlo era la reforma de las fachadas marítimas. Pero, además, la pandemia, que fue una desgracia en muchas cosas, fue una oportunidad para ello con unos fondos europeos que se resumen en dos palabras: verde y digital. Y la expresión verde recoge lo que queremos para Gijón. Esta es una oportunidad para que los gijoneses ganen en calidad de vida y, no nos olvidemos, para tener una ciudad más competitiva y atractiva que genere economía y empleo.

–El plan del Muro solo le deja al coche un vial de servicio, para usos muy limitados. ¿Por qué?

–Es lo que venía en el Plan de Movilidad Sostenible y Segura (PIMSS). Puede parecer una paradoja, pero es lo que diseñó el anterior gobierno (Foro), aunque aquel PIMSS no se aprobó porque le faltaba un documento, pero tenía el acuerdo de los partidos. Allí se decía que era una zona residencial no motorizada. Esa era la expresión.

–¿Y eso obliga a que sea un vial de servicio?

–No hay forma de hacer una zona residencial no motorizada en el centro si no trasladamos hacia el sur de la ciudad parte de esa motorización. Mientras el Muro sea una vía de conexión del Este con el Oeste es muy difícil pacificar el tráfico en el Centro. El tráfico no va a desaparecer de Gijón. Se reducirá de un 10 a un 15% de aquí a 2030. Ocho años y con el inestimable protagonismo del transporte público vía reforma de Emtusa y vía metrotrén, que será el gran eje Este-Oeste pasando por todo el centro de la ciudad y conectándonos con todo el área metropolitana de Asturias.

–Portavoces de grupos económicos consideran esencial que el Muro tenga doble sentido. ¿Por qué se empecina el gobierno en mantenerlo en uno?

–A la gente no se la puede marear. Es muy difícil que cambie de costumbres y está cambiando de costumbres. La gente se adapta, busca alternativas. Aquí y en todas las ciudades. Begoña era un vial de tráfico, Corrida era un vial de tráfico... Muchas calles que antes tenían trafico se han peatonalizado. ¿Se adaptó el tráfico? Sí. ¿Se va a adaptar ahora? Sí, también

–¿Presentar un plan del Muro que consolida lo que hay justo tras la sentencia de Stop Muro es una provocación?

–No. Había una hoja de ruta que, afortunadamente, estaba anunciada a bombo y platillo y se puede ver en las hemerotecas. Hace meses que dijimos que a finales de marzo presentaríamos el anteproyecto del Muro, lo hicimos a principios de abril.

–¿Coincidencia entonces?

–Desde luego nosotros no sabíamos cuándo iba a salir la sentencia y, menos aún, su contenido.

–La jueza es muy contundente sobre lo que se hizo mal en las obras del “cascayu”.

–El “cascayu se hace fruto de una pandemia y de la necesidad de generar una distancia social. Hay muchas decisiones tomadas por las administraciones respondiendo a la pandemia que los jueces entendieron que no se ajustaban a la normativa existente. Incluido el estado de alarma que el Constitucional denegó. ¿Alguien se puede imaginar que no hubiera habido estado de alarma en este país? ¿Alguien se puede imaginar por cuánto se habrían multiplicado los cien mil muertos que llevamos? Todas esas decisiones se tomaron en momentos de excepcionalidad.

–El Plan de Movilidad plantea muchas acciones que dependen del metrotrén. ¿Sin ello en qué se puede avanzar?

–Hay una buena parte del Plan que se puede desarrollar. Es cierto que tener el metrotrén y todo el plan de vías no sería imprescindible, pero sí muy importante para avanzar en la reforma de la fachada de Poniente y la reordenación del tráfico de esa zona.

–¿Esto justifica que se adelante la obra del Muro a la de Poniente?

–El Muro lo adelantó la pandemia. En el Muro no partimos de cero, ya hay una realidad. Tenemos los estudios de tráfico en el Plan de Movilidad y hemos tenido una práctica empírica impagable, una prueba de ensayo-error, sobre el comportamiento del tráfico con el Muro cortado.

–¿La Comisión del Muro fue una pérdida de tiempo?

–Buena parte de las conclusiones de esa comisión están reflejadas en este proyecto: ganar espacio público, que creciera la acera de la fachada edificada, diseñar corredores de conexión con otros puntos de la ciudad... Lo único que no resolvimos es si tenía que ser de un sentido o de dos sentidos.

–Algo en lo que nunca habrá un acuerdo, ¿verdad?

–Al final las cosas avanzan, otra cosa es lo que cueste que avancen. ¿Dónde está el avance? Pues que ahora se discute si un carril o dos en un sitio donde había cuatro carriles. ¿Alguien se pude imaginar ahora un Muro con cuatro carriles? Seguramente no, y estoy seguro de que el siguiente paso es que nadie se va imaginar tampoco un Muro con dos. Se va a imaginar un Muro cada vez más peatonalizado y para el disfrute.

–¿Habrá muchos cambios sobre el boceto presentado?

–En los grandes objetivos hay consenso. El problema es que esto se utilice para el debate partidista: eso es lo que desenfoca el debate sobre el Muro, que debería ser un elemento de ciudad. Vamos por donde van todas las ciudades. Yo no sé por qué en Oviedo las peatonalizaciones son un elemento de identidad de ciudad y en Gijón se entiende que no. Aquí da igual los datos que se den. Al final, es sólo desgastar al gobierno. Y, sinceramente, esto convierte a la derecha de esta ciudad en la más inmovilista y rancia. Quienes se dicen de centroderecha se equivocan con este discurso que solo lo puede rentabilizar Vox.

–¿Seguirá dando problemas la prohibición de aparcar en zona ORA para los coches sin etiqueta ambiental?

–Esto no es un capricho de un gobierno o un concejal de Gijón. Esta es la hoja de ruta para todas las ciudades de más de 50.000 habitantes a la que se obliga a hacer zonas de bajas emisiones. Gijón ha dado un primer paso blando. En otras ciudades ni se puede aparcar ni se puede circular, algo que aquí se plantea para 2026.

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