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Adiós a Falo, histórico del voleibol gijonés

Rafael González, que falleció a los 60 años, militó en la máxima categoría en el Grupo y en el Jovellanos: “Era una gran persona”

Rafael González Benedito.

Luto en el voleibol gijonés y asturiano por el fallecimiento el pasado 11 de abril de Rafael Alejandro González Benedito, al que sus más íntimos apodaban cariñosamente como “Falo”. Jugador de este deporte durante la década de los ochenta, militó en División de Honor con la extinta sección del Grupo Covadonga y posteriormente en el Esmena Jovellanos. Tenía 60 años, vivía en Gijón y trabajaba como transportista repartiendo publicaciones impresas por la ciudad. “Era de las típicas personas que todo el mundo quería”, apuntaron ayer sus allegados después de que sus restos mortales fueran incinerados en el tanatorio de Gijón-Cabueñes.

Rafael González formó parte de los años dorados del voleibol en Gijón. En su juventud, llegó a ser seleccionado por el equipo nacional de este deporte en categoría de juveniles. Estuvo en el Grupo Covadonga, donde llegó a militar varios años en la División de Honor, que es la máxima categoría de este deporte. Fue a finales de los setenta y primeros de los ochenta. “Jugaba un poco de todo, era muy universal”, apuntó ayer José Manuel Menéndez “Mene”, que compartió vestuario con él durante muchos años y también amistad. “Valía para ser tanto como colocador como rematador. Era bastante todo terreno en una época en la que las posiciones no estaban tan especializadas”, recalcó “Mene”, afectado por la pérdida.

Tras la disolución de la sección del Grupo Covadonga a primeros de la década de los ochenta, González Benedito se enroló en el Jovellanos, que había sido fundado varios años antes. Militó en la Primera División, la segunda categoría de este deporte. “Logramos varios ascensos, pero por tema de presupuesto no pudimos subir”, recordó “Mene”. Posteriormente, y ya como Esmena Jovellanos, el club volvería a la máxima categoría. También fue segundo entrenador del equipo femenino. “Recuerdo que hubo un partido clave que nos los arregló con varios saques”, afirmó este amigo del finado.

Transportista de profesión, llevaba toda su carrera dedicado a recorrer las calles de la ciudad con su furgoneta. Su fallecimiento pilló su sorpresa a sus amigos más cercanos, que confesaron sentirse “abatidos”. “Es una situación que nos ha dejado fatal, porque nadie lo esperaba. Como persona era mejor imposible. Siempre trataba de ayudarte en todo lo que podía. Nunca tuvo un roce con nadie, todo lo contrario”, apostilló “Mene”, que acudió ayer a despedir a su amigo al tanatorio acompañado de otras figuras relevantes de este deporte como el entrenador Miguel Casado.

Rafael Alejandro González estaba separado y tenía dos hijos, Rafael y Lucía. También tres hermanos, uno de ellos ya fallecido. Sus restos mortales fueron ayer incinerados en la intimidad familiar tras un acto de despedida que tuvo lugar a las siete de la tarde en el salón de actos del tanatorio, donde se le pudo brindar un emotivo último adiós.

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