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A problemas comunes, soluciones tecnológicas

Los participantes en un taller de “cultura maker” crean desde un huerto autónomo a un aerogenerador 3D: “Son funcionales”

Xurde Brándulas señala uno de los componentes del huerto autónomo que desarrolla en el taller. | M. L.

A problemas comunes, soluciones tecnológicas. En esas se embarcaron los integrantes del ya finalizado MakerLab Xixón, una iniciativa gratuita financiada a través de Gijón Impulsa en la que desarrollaron proyectos relacionados con la “cultura maker”. Dirigida a personas de perfiles muy diversos, como el artístico, creativo, tecnológico, emprendedor, ingeniero o el diseño, entre otros, los doce participantes de la edición dieron rienda suelta a su imaginación para diseñar un huerto autónomo, un escape room basado en la mitología asturiana, una alarma inteligente y un aerogenerador con elementos reciclados e impresión 3D. “Uno de los objetivos principales es mostrar cómo una idea se puede transformar en algo funcional”, explica Cristian Rodríguez, responsable de proyectos educativos de Fablab Gijón.

Bajo un acompañamiento constante de los expertos responsables del taller creativo, estos expresan que “tratamos de formar y promover el uso de tecnologías de fabricación digital, utilizando las herramientas y metodologías de FabLab Gijón y del centro de formación profesional de Mentiona”. Unas tecnologías como la impresión 3D, la electrónica de bajo coste y la programación, entre otras herramientas disponibles.

Los cuatro proyectos desarrollados por grupos buscaban solucionar problemas comunes en los ámbitos cultural, medioambiental, social y energético. Para el primero de ellos –el cultural– los participantes se pusieron manos a la obra con un escape room basado en la mitología asturiana. Cada cara del artefacto estaba programada con un juego cuya resolución desbloqueaba la siguiente. “Creo que es una idea muy atractiva. Es un juego muy creativo y multidisciplinar”, celebra Olaya Fuente, una de las diseñadoras del dispositivo. Respecto al ámbito energético, el grupo de trabajo apostó por diseñar un aerogenerador con elementos reciclados e impresión 3D a pequeña escala. “La idea es que tenga una autonomía suficiente como para cargar un móvil o alumbrar espacios no muy grandes”, explica Javier Bécares, uno de los desarrolladores del artefacto, motorizado por un secador antiguo.

Olaya Fuente y Daniel Zamora, durante el taller. | M. L.

Respecto al ámbito social, los integrantes del proyecto se embarcaron en la aventura de desarrollar una alarma inteligente basada en la tecnología Lora, un sistema de transmisión que no necesita de cobertura ni conexión a internet. “El objetivo es paliar las malas comunicaciones que a día de hoy existen en la zona rural”, señala Cristian Rodríguez, responsable y guía de Fablab Gijón. Por último, en cuento al ámbito medioambiental, el desarrollo de un huerto autosuficiente tomó el protagonismo. “Nos hemos encontrado con muchas dificultades a la hora de hacerlo, ya que hay muchos parámetros variables que pueden fallar por motivos desconocidos, al menos para nosotros”, señala Xurde Brándulas, uno de los implicados en la puesta en marcada del “Güertu Lab”: “A gran escala sería una buena idea, ya que, por ejemplo, regaría de forma automática si detecta poca humedad en la tierra”. Los integrantes del taller, que lograron completar con éxito todos los proyectos, aprendieron a cada paso que dieron base de ensayo y error.

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